A propósito de las conversaciones que se realizan con China buscando que no se interponga en los esfuerzos que se hacen para salir de esta dictadura, es necesario considerar que no solo debemos tomar en cuenta nuestra conveniencia para evitar piedras en la ruta para regresar a la democracia, sino también la del gobierno chino en hacer concesiones que les permitan el retorno de cuando menos parte de las gigantescas cantidades de dinero que inyectaron a Chávez/Maduro sin tener en cuenta ni la utilización que estos hicieron de aquellos préstamos, ni la legalidad con la que actuaron para suscribir tales contratos que comprometían tan fuertemente a Venezuela.

Como abogado litigante tuve una experiencia perfectamente aplicable a este caso.

Una empresa más o menos grande entró en mora en el pago de acreencias que tenía con otra que me dio poder para la reclamación. Agotadas las vías extrajudiciales le inicié juicio. El juez decretó medida de embargo de bienes, también prohibición de enajenar y gravar inmuebles, pero cuando fui a ejecutarlas me encontré con que la deudora estaba arruinada, las cuentas bancarias en rojo, las propiedades traspasadas unas y embargadas otras y, para colmo, el contrato base de mi demanda lo había firmado persona sin cualidad legítima para hacerlo. Aquello era un caos total para mi cliente. El deudor ofreció saldar las cuentas, pero condicionado a bajarlas a la mitad, dar un largo plazo y hacerlo en cómodas cuotas sin intereses. Mi cliente tenía dos alternativas, o profundizaba el conflicto demandando la quiebra fraudulenta y acusando a su contraparte por estafa, y a la vez tratar de desenredar la tramoya armada por el deudor pícaro, o aceptaba la propuesta. Lo primero le salía más caro y tedioso, además de que le advertí que tenía parte de culpa al no haber extremado cuidados en aspectos legales de esas negociaciones. Entonces optó por aceptar el mal arreglo ofrecido.

¿Nos comprometeremos a pagar completo esos contratos con China?

¡Cuidado!

Para comenzar, afirmo que esos contratos son ilegales y por tanto anulables, puesto que se hicieron con violación de la legislación interna. No hubo consentimiento real de la República ya que Maduro comprometió al país con violación de la Constitución y leyes. China asumió el riesgo de dar dinero a Venezuela a sabiendas de tal anormalidad lo que puede catalogarse como lo que en derecho se conoce como “culpa in eligendo” que para este caso implica responsabilidad en la que incurrió como acreedora al no apreciar las ilícitas condiciones en las que se suscribieron los contratos en nombre de Venezuela, culpa que además se agrava al no haber hecho seguimiento a las obras para las que se declararon recibir esos dineros (infraestructura y actividades extractivas), los cuales nunca se utilizaron para los fines especificados en los contratos, sino que se los robaron, y hasta hay indicios de que parte de ellos han sido depositados en bancos de China en un grosero acto de lavado de dinero producto de la corrupción.

China arriesgó esos capitales con temeridad.

La culpa del gobierno chino es tal que no atendió el alerta que en diciembre de 2015 dio su propia Academia de Ciencias Sociales que calificó a Venezuela como el segundo país más riesgoso de una lista de 36 naciones en desarrollo, a pesar de lo cual siguieron dando dinero a Maduro cuando era conocido por todos que suscribía contratos sin pasar por el control que la Constitución impone a cargo de la Asamblea Nacional, lo cual los vicia de nulidad absoluta, y que el país venía siendo objeto de un saqueo por la camarilla que controlaba el poder como fue un hecho público y notorio en todo el mundo.

Los contratos secretos.

Para mayor desparpajo el régimen chino admitió que a los contratos que se firmó con Chávez y con Maduro se les clasificara como “secretos”. Este tema lo traté en mi artículo del 23 de febrero 2017 “Los contratos secretos con China” http://www.el-nacional.com/noticias/columnista/los-contratos-secretos-con-china_82386, y allí detallé la increíble irregularidad bajo la cual China dio dinero a Maduro en 22 “acuerdos privados” y los cuales se sumaron a otros 216 firmados desde 2001 bajo tal denominación en grosera violación del artículo 150 constitucional.

Otra posible causa gravísima de nulidad en esos contratos.

El artículo 151 de la CRBV prohíbe ceder jurisdicción en los contratos de interés público, esto es que, así lo coloquen en el contrato, no se puede tramitar ninguna reclamación en tribunales extranjeros. Pues bien, hay fundadas sospechas –que no hemos podido dilucidar debido a la naturaleza privada que les dieron– de que en estos convenios firmados con China se haya incorporado una cláusula que autoriza llevar cualquier disputa a tribunales extranjeros ya que así lo hicieron con Argentina cuando Cristina Kirchner les firmó un contrato por 4.700 millones de dólares para construir las represas de Santa Cruz y allí establecieron competencia de tribunales ingleses para resolver cualquier disputa al respecto.

Es un punto muy importante que ahora tendrá que ser revelado al quedar esos documentos a la vista del presidente Juan Guaidó.

¿Se echará encima Guaidó la responsabilidad de pagar deudas ilícitas?

Es cierto que el peso internacional de China obliga a ciertas medidas especiales de negociación de estas deudas ilícitas, pero no tanto como para llegar al extremo de legitimarlas y comprometerse a pagar sin una revisión exhaustiva para exigir que el prestamista maula asuma sus responsabilidades compartiendo pérdidas como hizo mi cliente de la anécdota que relaté, y que de una u otra manera colabore 1) en la reconstrucción del país; 2) en la recuperación de los dineros robados que están rodando por el mundo, y 3) en la persecución a los saqueadores.

Tampoco es que China va a declararnos la guerra por nuestra exigencia de revisar las acreencias, ellos van a ir a tribunales, ya antes ha acudido a demandarnos, por ejemplo, en noviembre de 2017 la empresa de petróleo y gas china Sinopec USA demandó a Pdvsa en una corte del distrito de Houston, Texas por 23,7 millones de dólares por incumplimiento de contrato y conspiración para defraudar en uno de esos negocios ilícitos que suscribieron.

Además, aquí al ladito tenemos al catire Trump.


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