Superado el primer anillo que rodeaba al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, pasamos a tener presidente encargado de Venezuela, como lo establece nuestra Constitución, bajo el artículo 233, al juramentarse frente a una multitudinaria manifestación popular el pasado 23 de enero.

Después de pasadas dos semanas, en un mundo que no navega a cuatro nudos de velocidad, como lo hacían los barcos de Colón hace mas de cinco siglos, sino el de hoy que, girando a velocidades insólitas, nos exige manejarnos sin titubeos o vacilaciones; a riesgo de encayar contra obstáculos mayores en costos y dolores, se nos impone ¡salir del tormentoso laberinto de la narcotiranía cuanto antes!

La barbarie del “socialismo del siglo XXI”, que se vive hoy en Venezuela solo es comparable a la película de ficción donde Denzel Washington  camina con el libro sagrado en su morral para llegar a otra costa, a través de una tierra arrasada por la maldad del hombre, e intenta una nueva civilización a partir de los valores y principios recogidos en dicho libro.

Ese espíritu y símbolo de libro sagrado, en nuestro caso, podría ir de lo religioso a lo político, y viceversa. Representaría el contrato social recogido en la Constitución promulgada el 24 de marzo del año 2000, y el conjunto de principios y valores que enaltecen la condición humana. Sin embargo, este ha sido despedazado por la narcotiranía y sus cómplices.

El que debió ser sagrada guía de todos los venezolanos, con las FAN como garantes, para con madurez política, en paz, y a través de la justicia, poder sustituir gobiernos bajo principios de alternabilidad democrática, ha sido objeto de manipulación del plan castrista de la tiranía, reconocida mundialmente como usurpadora.

Alto Mando Militar en flagrancia nos anuncia en su apoyo al tirano que es risible el juramento frente a un pueblo que por millones ocupando las calles proclamó su apoyo a la libertad y a la democracia. Con un patriotismo que, ante los hechos, demuestran no sentir e intentan falsificar para esconder sus graves delitos de corrupción, escenifican otra película de vergüenza y cobardía absolutas.

Este mando militar, que ya no es nada alto, ha vaciado el libro de contenido. Ya no hay honor, ya nada les importa. Lo han secado como la cantimplora de Washington (Denzel). Este, al arribar a un lugar donde se encuentra el dominador que, cual semidiós de los infiernos, tiraniza al pueblo controlando la fuente vital para surtirse de agua, comprueba que no hay opción sino luchar ante la ausencia de ley y/o de principios de los sujetos que controlan ese territorio, pues no son posibles ya otras soluciones.

A partir del mejor recuerdo contenido en nuestros libros de historia republicana, de nuestras realizaciones e identidad como nación libertaria, tenemos la obligación de actuar ahora. Sin vacilaciones ni demoras. Debemos recuperar cuanto antes nuestra soberanía sobre el territorio a través de la eliminación de la plaga totalitaria, y de su cómplices, para tener cosecha de verdadera libertad y progreso socioeconómico.

Sería inaceptable muestra de ingenuidad, y por tanto ineptitud, pensar que un narcocartel que se sabe descubierto se entregará a través de unas negociaciones en frío. Ellos siguen, día a día, ultrajando la nación frente a nuestros ojos. No debemos perder nunca de vista lo que ha sucedido en estos trágicos años. Su vocación asesina. No olvidemos al general Vivas y al capitán Caguaripano, vejados, torturados, encarcelados. No olvidemos a Óscar Pérez con sus acciones pacíficas enarbolando el 350; para ser luego ajusticiado sin misericordia.

Pasan los días con el tirano en el poder, burlando la justicia y las básicas normas de respeto a los derechos humanos de nuestra civilización. Mientras tanto, los que aún juegan a una supuesta experticia política, y se asumen como bateadores designados con exclusividad de la opinión política correcta, nos piden paciencia y pretenden dirigir, sin ninguna otra credencial que sus nexos con dineros mal habidos de un pasado protagónico en la maraña del entramado del poder vicioso. Si queremos los mismos resultados dejémoslos entonces tomar control de este proceso. De lo contrario avancemos.

Las fracciones partidistas que tienen su representación en la primera y segunda vicepresidencias de la Asamblea Nacional, entiéndanse la AD de Ramos y el UNT de Barboza-Rosales, así como las demás fracciones del Parlamento, deben abandonar la idea de codirigir el gobierno de emergencia que es necesario se conforme cabalmente bajo la presidencia interina de Juan Guaidó. Debe reconocerse que es el momento de la patria, de la ciudadanía, de la unión nacional. No es el momento del viejo partidismo y sus prácticas corruptas, con las cuales siempre pretenden cobrar peaje a través de sus entarimados, sus canales de televisión o manipulación de otros recursos.

He percibido desde el exilio, nuevamente, los síntomas de esos viejos vicios, con sus mismos procederes. El arribismo que reintenta hacer su aparición, como en aquel año 2002. Corruptos que pretenden empinarse para fingir una estatura moral que no detentan. Ante ello elevo mi voz de advertencia y de condena. A esos asaltantes de botines del gobierno, y ante una esperanza de gobierno pulcro, que nace como apenas nace Alan el hermanito de nuestro “príncipe del nuevo mar Neomar Lander”, les pido que nos unamos con honor, las mujeres y hombres de honor, para ¡efectivamente lograr la liberación de la patria de la tiranía y del flagelo de la corrupción!

Nos urge la toma de medidas en el campo de la asistencia internacional humanitaria, el orden interno y la protección exterior. Nuestra gente sufre y agoniza. La activación de ciudadanos libres desde la Cátedra Internacional por la Libertad “Francisco de Miranda”, que hemos impulsado y bautizado, desde nuestra Fundación Venezuela Siglo XXI, es un sencillo pero profundo ejemplo, para la acción con a) propósito claro b) organización integradora y c) recursos humanos de primera, en lo ético y en lo profesional. La construcción de la libertad, la justicia y la transición a una verdadera democracia en Venezuela es posible. Sin el oportunismo ni el clientelismo al que algunos por viejos vicios siguen aferrados. Ese lastre debe dejarse a un lado. Avancemos con mucha rapidez al encuentro e implementación de vitales soluciones. Incluso debemos neutralizar a los descarados que se han atrevido a hablar de “negociaciones que estarían dándose con el régimen para una ‘transición constitucional, pacífica y ordenada”.Trágicamente engañados en múltiples e interminables intentos de diálogos falsos, hago más que una alerta una exigencia de enfrentar esa amenaza real antes de que estos males se trasladen de un lugar a otro, itinerantemente, y se hagan males crónicos en nuestros países latinoamericanos.

Con la juramentación de nuestro presidente encargado Juan Guaidó ante Dios, ante la patria y ante el pueblo, los diputados patriotas, el TSJ en el exilio con su presidente Miguel Ángel Martín, y nuestras fracciones responsables de diputados honestos de la Asamblea Nacional, constituyámonos, con el grado de cohesión y lealtad patriótica necesarios, en el ejército libertador de voluntades indeclinables hasta la victoria del bien sobre el mal, haciendo honor así a nuestra nación, con nuestro libro sagrado de fe y nuestra nueva Fuerza Nacional Libertadora.

[email protected]


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!