La libertad más allá de la situación, circunstancias o condiciones de quien no es esclavo, ni sujeto, ni impuesto al deseo de otros de forma coercitiva, es la facultad que se disfruta en las naciones bien gobernadas de hacer y decir cuando no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres.

Los venezolanos tenemos una herencia bicentenaria que ha sido forjada por un hombre valiente que nos enseñó a luchar por nuestros derechos y por la soberanía de nuestra nación. El gran Simón Bolívar dejó un legado que no puede marchitarse, porque en nuestras venas corre esa sangre valiente de nuestros compatriotas que dejaron en los campos de batalla su vida por conquistar una República independiente.

“La libertad es el único objetivo digno del sacrificio de la vida de los hombres”, frase valiosa de Bolívar que en la actualidad no ha perdido vigencia, y a pesar de que ya no seamos gobernados por el yugo español, hoy vemos cómo nos han arrebatado nuestros derechos por un régimen comunista cubano.

Hoy, en medio de tantos problemas que vivimos, es increíble ver cómo existe una coalición opositora que se dignó a hacer silencio para cohabitar con el régimen. A diario hay en el país cientos de protestas que no son canalizadas, causando cada vez más decepción en la ciudadanía, la misma que ha atendido los llamados de los seudolíderes en las ocasiones en las que prometieron “salir de la dictadura”.

Tanto silencio por quienes dicen representarnos es ensordecedor. Cada vez que estos “líderes” hablan públicamente –que ya no lo hacen muy seguido– se les nota miedo y a la vez hipocresía. Unos dicen una cosa, otros siguen tropezando con la misma piedra y por último están los que se enmudecieron y dejaron la campaña presidencial para cuando exista un nuevo CNE. Cada uno de estos adinerados dirigentes tiene sus aspiraciones personales y aún sueña con cumplirlas, a pesar de que los números no les dan.

No existe un solo minuto en el que no reflexione y piense: ¿Qué hicimos mal? ¿Por qué un pueblo tan irreverente tiene a las personas equivocadas como sus dirigentes? ¿Qué tanto nos falta para madurar políticamente? ¿Vale la pena seguir luchando para que vuelvan a negociar bajo nuestro nombre? Y justo ahí, cuando sientes que estás perdiendo la juventud en un país gobernado por tiranos comunistas, recuerda la valentía de quienes no pueden haber muerto en vano.

Nuestro tricolor tiene la franja roja que representa la sangre derramada por nuestros libertadores, vertida por los patriotas para conseguir la libertad, lo que significa amor, poder, patria, fuerza y progreso. Por ende, no podemos olvidar que muchos de nuestros hermanos fueron asesinados por la causa libertaria de la nación y que aún sus asesinos andan sueltos gozando de poder.

Hoy por eso pienso que es necesaria la unión de la verdadera oposición, la que está dispuesta a pagar los más altos precios por la libertad del país; la oposición que lo único que negociaría es la salida del tirano; la oposición que logre unir a un pueblo que a esta altura no sabe qué hacer; la oposición doliente de las necesidades de la ciudadanía. Esa verdadera oposición que le hace falta al país.

Cuando la tiranía se hace ley, la rebelión es un derecho. No permitamos que la libertad se convierta en solo una palabra. ¡Luchemos para vivir en una Venezuela libre!

@FreiderGandica


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