“Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó, la ley respetando, la virtud y honor”.

Nunca, como hasta hoy, habíamos entendido la fuerza de cada palabra que unidas, frase a frase, hacen nuevamente de nuestro himno nacional, en las calles de Caracas y de toda Venezuela, nuestro himno de libertad…

En las próximas líneas pido su paciencia para exponerles, de la manera más abreviada posible, lo que considero pertinente resumen conceptual de esta heroica lucha, para lanzar el yugo de esta dictadura que nos oprime: 1) la ley respetando 2) la virtud y 3) el honor:

1) La ley respetando: Con las sentencias 155 y 156, del 28 y 29 del reciente marzo, respectivamente, dictadas por la Sala Constitucional, o más bien la sala cómplice, del que debiera ser el máximo tribunal de la República, se provoca la clarificación y revelación final del plan que ha intentado, ya desde el año 2007, producir la perpetuación en el poder del régimen de modelo castrista-comunista, bajo progresivo sometimiento de toda la nación venezolana. Violando principios fundamentales del sistema democrático, como el de la alternancia en el poder (recordemos la fracasada reforma constitucional de aquel año 2007 que modifican y logran pasar como enmienda constitucional en 2009 con reelecciones sin límites de los poderes ejecutivos, a todo nivel). Así, la sentencia 155 satisfizo, con asombrosa diligencia, el recurso de nulidad introducido ante el TSJ por el diputado Héctor Rodriguez, jefe de la fracción del PSUV, el cual pidió anular el acto parlamentario del 21 de marzo mediante el cual se establece el “Acuerdo para la Reactivación del Proceso de Aplicación de la Carta Interamericana de la OEA, como mecanismo de resolución pacífico de conflictos, para restituir el orden constitucional en Venezuela…”. En dicha sentencia criminal 155, autorizan al dictador a que arremeta usando tribunales militares inclusive, por ejemplo, para reprimir la disidencia democrática. La sentencia 156 pretende producir más botín a través de firma de contratos petroleros, sin control de la Asamblea Nacional. Allí está la clave de nuestra lucha por defender el patrimonio de nuestros jóvenes hijos. Esta suerte de Ali Babá y sus cuarenta ladrones quiere subastar nuestro país. Con descomunal descaro va por el mundo va dirección castrista ofreciendo ante rusos, iraníes, o al mejor postor la venta de Venezuela.

Como les había quedaba claro que, al no solo perder la mayoría parlamentaria, sino al perderla por mayoría calificada de las 2/3 partes en diciembre de 2015, no podrían adelantar su plan continuista bajo reglas democráticas, aceleraron sus tropelías. Solo en dictadura tendrían alguna posibilidad de mantenerse por más tiempo en el poder. Decidieron utilizar unos cómplices y atropellando la designación fraudulenta en aquel diciembre de 2015, y antes de entregar a las autoridades parlamentarias legítimamente electas, nombraron seudomagistrados del TSJ, para intentar disfrazar lo que quedó más al desnudo que Hans Wuerich: la dictadura ya se había instalado desde entonces en Venezuela. Dichas fraudulentas designaciones en el TSJ vendrían a cumplir el vergonzoso papel para el que se previeron entonces; con esos dictámenes 155 y 156, entre otros.

¡No podrán continuar en el poder! Ni mediante la manipulación de la Constitución, ni de las otrora instituciones que la democracia venezolana construyó. No podrán doblegar nuestra irreductible decisión de hacer valer la Constitución, y aplicándola “al pie de la letra” estamos asumiendo los artículos 333 y 350 de ésta. Nadie debe desmayar en su fe y su fuerza. Como decía Laureano Márquez: “El diablo tiene una herramienta predilecta que pretende utilizar nuevamente y es la desesperanza”. Pero desde nuestro amor a Venezuela se fortalecerá nuestra esperanza, para que no se apague esa llama de libertad ¡Que no se apagará!

2) La virtud: vergonzosamente una parte de nuestras Fuerzas Armadas Nacionales, fue pervertida y llevada a ser cómplice también. Con la formación de una camarilla militar corrupta, vende patria y cobarde que, desde los tiempos del by pass a los gobernadores legítimamente electos aplicó el chavismo. Así, fue dando a generales activos el manejo de cuantiosos fondos públicos, para ser utilizados como recursos a su discrecionalidad, sin verdadera contraloría alguna, sin planificación de políticas públicas, ni su evaluación posterior. Creó, de tal forma, el circulo vicioso de la dependencia económico-social del pueblo hacia este tipo de dádivas, y de los generales hacia la porción del recurso que sustraían del mismo; bajo un latrocinio más allá del populismo o clientelismo comúnmente conocido en las democracias corruptas tercermundistas, pero muy propio de estos regímenes totalitarios. En estos, los militares son utilizados para el control de los medios de producción, del empleo y de las contrataciones. Utilizan las exclusiones, como el apartheid laboral, como denunció Ana Julia Jatar, de la oprobiosa institución revolucionaria establecida con la tristemente conocida “lista Tacón”.

Sin embargo, no debe haber dudas en que si ya nuestra historia demostró que con los hombres de pensamiento progresista del siglo XX se logró vencer a las dictaduras, e instaurar la democracia en Venezuela, lo haremos nuevamente. Como esos hombres de entonces, los de hoy, con batas blancas y boinas azules, construiremos, ladrillo a ladrillo, el país que queremos. Esos que como el Dr. Israel Cañizales, profesor del Posgrado Nacional de Parasitología, han tenido que enfrentar el hondo sufrimiento de su joven hijo asesinado, Armando Cañizales de solo 17 años, en las protestas de de este mayo heroico. Como ocurrió en abril, con otros 36 hogares durante estas luchas de resistencia. Como ocurrió en el año 2014 con 43 asesinatos. Como también ocurre cada año con más de 28 000 familias que son enlutadas al perder sus seres queridos, por el hampa paramilitar de un régimen que además de ladrón es incapaz de controlar sus propios demonios. Y nos preguntamos ¿será posible que algunos hombres con virtud y pantalones que eligieron la carrera de las armas para defender la patria puedan asumir en breve el deber de restablecer al lado de nuestra legítima Asamblea Nacional el orden democrático y constitucional, trayendo la paz a nuestro territorio? ¡Como también lo refleja la historia, así será!

3) El honor: ¡generales como el general Vivas existen! Retirados y activos. ¡Existen! ¡Pero muchos más que ellos, existe el honor en los jóvenes oficiales que saben que llegó el momento de asumir el cambio! Para ellos hay mucho futuro por delante. Solo hace falta que comprendan que sus oportunidades inmediatas no pueden esperar más tiempo y actúen. Tienen que, no solo negarse a obedecer órdenes de reprimir a las ciudadanas y ciudadanos que protestan, porque así se pondrán en evidencia frente a superiores corrompidos por el régimen. Tienen que entender que sus conciudadanas y conciudadanos son sus propias familias. Son sus hermanas, son sus hermanos. Son sus tíos, primos, panas, y tienen el deber de protegerlos. ¡No es posible sostener esta dictadura por más tiempo! ¡Y no se sostendrá!

Es preciso, general Padrino López, que recoja sus macundales, como decía mi abuela, y se vaya con su humanidad a otro destino, donde puedan terminar sus días sin generar más violencia. Preserve algún resto de honor que aún pueda quedarle para su descendencia. ¡Llévese a Maduro y la violencia con usted! Violencia que ya está alcanzando a todos los sectores de nuestra sociedad: estudiantes, músicos, mujeres, niños… Si no lo hace de inmediato, no solo la maldición de Bolívar lo perseguirá por siempre, como soldado maldito que disparó contra su pueblo, sino también lo alcanzará la maldición Dabucurí de nuestros aborígenes del Amazonas que le lanzó nuestro gobernador del estado Amazonas, Liborio Garulla. Este, es opositor a su régimen, pretenden inhabilitarlo. Si no lo hace, Gral. Padrino, le caerá aún más la maldición de todo el pueblo venezolano: de los aborígenes, de afroamericanos, de euroamericanos, de todas las razas, de todos los credos, y de todo un pueblo soberano, que le ha pedido cumplir con su deber de defenderlo y lograr la paz para sus hijos. ¡Es tiempo de liberar a Venezuela!

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