Aprovechando que desde el poder se disponen a regular los sentimientos humanos en nombre de la “paz”, sería bueno que alguien tome la iniciativa y también lance la propuesta de ponerle un freno a los niveles de amor que el gobierno nacional le reparte a los venezolanos desde hace veinte años. Llegados a este punto, creemos que la dosis ha sido más que suficiente, digamos que nos cansamos de tanto y sería pertinente una ley que también se encargue de la materia. 

Vale la pena recordar que todo este proyecto “político” nació  de un acto de amor el 4 de febrero de 1992, quizás por error de cálculo o ataque de ansiedad no esperaron el 14 de febrero, pero hubiese sido perfecto para el Día de los Enamorados ver a aquellos militares, movidos por los más puros sentimientos, dar una serenata en Miraflores. Todavía deben quedar en La Casona marcas de los besos que le lanzaron a la familia presidencial, siempre haciendo gala de su romanticismo.

Unos años más tarde llegaron al poder vestidos de rojo pasión convenciendo corazones. Dicen que para enamorar hace falta labia y eso es lo que ha sobrado en estos años: capacidad para endulzarle la oreja a millones y ustedes saben, cuando las cosas del amor no van bien todo lo demás lo arregla la plata. 

En nombre del amor aquí se ha destruido un país que ahora no es más que ruinas. Se han enfrentado familias, vecinos y amistades de toda la vida y ahora que la plata se acabó, los vemos en televisión prácticamente diciendo que “quien te ama es ese que te hace sufrir”. Para nuestra desgracia, al parecer mucha gente les ha creído, de otra manera no se entiende cómo, a esta altura, conservan fidelidades.

Mientras humillan y pisan al pueblo les dicen  frases como “por amor” o el singular “te quiero” que se adapta a cualquier campaña y contexto: Te quiero Caracas, te quiero Carabobo y así infinitamente. Lo que por aquí clamamos es que aprueben una nueva ley, no más amor revolucionario, ya ha sido  suficiente.

[email protected]

@Brianfincheltub


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!