Entre el 8 de septiembre de 2018 y el 13 de noviembre, el bitcoin, visto a través de coindesk.com, exhibió un período de relativa “estabilidad” en su precio, que osciló entre los 6.282 y los 6.724 dólares. Pero ya al 14 de noviembre iniciaba de nuevo un pequeño «crac», al pasar de los 6.282 dólares a los 5.525 el 14 de noviembre, con un desplome de 12%. En los 12 días siguientes continuó descendiendo hasta alcanzar su precio más bajo reciente el 26 de noviembre, con 3.640 dólares y lo cual implicó una pérdida de “valor”, en 13 días, de 42%. Más aún, con relación al valor máximo reportado por coindesk.com para BTC, de 17.060 dólares el 11 de diciembre de 2017, el mencionado valor de 3.640 dólares implica una pérdida de 79% de su valor.

¿Y saben qué es lo peor? Que el resto de las criptomonedas han tenido el mismo destino, pues para donde va el bitcoin van las demás: están alta y positivamente correlacionadas.

Aun así, y aproximándonos al final de 2018, Thomas J. Lee, socio gerente de Fundstrat Global Advisors y un «crypto-bull» desde hace mucho tiempo, redujo su precio objetivo de fin de año para bitcoin a 15.000 dólares desde 25.000 dólares en octubre de 2017. Dicho valor meta se basa en un múltiplo del valor razonable de 2,2 veces el punto de equilibrio de la minería (BEP, por las siglas en inglés de Break Even Point), que Fundstrat calcula en 7.000 dólares. El punto de equilibrio es el nivel en el que el precio de negociación del bitcoin en el mercado iguala los costos de su minería. Por debajo del BEP, los mineros estarían perdiendo dinero.

Según el equipo de ciencia de datos de Fundstrat, el BEP se ha reducido a 7.000 dólares por bitcoin en comparación con el precio de equilibrio anterior, que fue calculado en 8.000 dólares. Sin embargo, un reporte de Morgan Stanley todavía ubica el BEP en 8.600 dólares.

Dada la diferencia, me dediqué a buscar algo de información sobre el costo de producir un bitcoin en diferentes países, y me encontré con un artículo fechado el 11 de mayo de 2018, firmado por Aarón Hankin en el portal marketwatch.com y titulado «Here’s how much it costs to mine a single bitcoin in your country» (“Aquí, cuánto cuesta minar un solo bitcoin en tu país”). En su artículo, Hankin cita a su vez la investigación de Elite Fixtures sobre el costo de minar un bitcoin en 114 países. Con tal información extraje las estadísticas descriptivas que, de alguna manera, corroboran los cálculos de la gente de Fundstrat.

El país en donde más cuesta producir un bitcoin es Corea del Sur con 26.170 dólares y el país donde menos cuesta producirlo es nuestra destruida Venezuela con apenas 531 dólares. El promedio, sobre 114 observaciones, fue de 7.276 dólares, la mediana de 6.464 dólares y la moda de 11.103 dólares. Ahora bien, quitando los 2 extremos mencionados, las propiedades de la distribución normal, sesgo y kurtósis, mejoran y el promedio baja un poco a 7.167 dólares, mientras que la mediana y la moda permanecen igual. Confirmada, pues, la cifra de 7.000 dólares para el BEP promedio, para el miércoles 5 de diciembre a las 6:15 am el bitcoin se cotizaba en 0,55 veces el BEP, lejos del 2,2 que sostiene el bueno de Thomas J. Lee.

¿Se cumplirá su pronóstico de que el bitcoin alcanzará los 15.000 dólares antes del 31 diciembre de 2018?

La opinión de Sam Gellman es que todo el tema de las criptomonedas es un fiasco. En su cuenta de Twiter (@SamGellman) afirmó, el pasado 15 de noviembre, que el mercado de las criptomonedas ha absorbido 30.000 millones de dólares en dinero de ICO en 2 años, pero su base de usuarios sigue constituida por especuladores. Y los especuladores están capitulando.

Falta ya menos de un mes para que termine 2018 y para que tal vez, de forma definitiva, saque de mi lista de frecuentes a Thomas J. Lee.

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