Parte I: “Al enfermo se le debe dar confianza y un tratamiento integral”

i) Un organismo enfermo requiere creer y tener confianza en el médico que lo trata, pero también, con base en un diagnóstico integral y sincero, que cumple con el tratamiento que se le receta. En efecto se le debe hablar y explicar al paciente para motivarlo y convencerlo de que se va a mejorar, pero se debe actuar con celeridad para curarlo definitivamente, más aun cuando la enfermedad es muy grave.

ii) Ley económica del consumo y contrabando agravante (Lecca): La variación del consumo de artículos con elasticidad precio de la demanda inelástica como la gasolina, es proporcional al producto de la tasa de inflación, el nivel de devaluación y el coeficiente de escasez del efectivo e inversamente proporcional al índice de poder adquisitivo pertinente, el IPAP. Entonces, si se aplican medidas económicas pragmáticas para mejorar el IPAP, la inflación y la devaluación se reducirían al mínimo y por tanto tendería a reducirse significativamente el consumo y el contrabando de productos como la gasolina.

iii) Dos países fronterizos con diferencias extremas en sus reservas internacionales, nivel de inflación, sistema de tipo de cambio y precios diferenciados, uno de ellos se perjudica en el corto plazo, pero en todos repercutirá negativamente una onda expansiva en un tiempo perentorio. Cada día que transcurre sin hacer nada integral, coherente y pragmático para resolver las adversidades, desviaciones, distorsiones y desequilibrios en lo macro que permitan estabilizar lo micro, tardaremos mucho más en recuperar a nuestra sociedad.

iv) El inicio de la solución integral y definitiva se fundamenta en sincerar la situación. La intención de mantener los precios controlados de los productos han generado desviaciones y distorsiones terribles que se plasman en la especulación: todo escaso y caro. Subsidios regresivos que benefician a los que tienen mejor y mayor poder adquisitivo agravante. Impuestos regresivos que perjudican a los que tienen decadente poder adquisitivo decadente. Conclusión: paradoja del poder adquisitivo en la que salen perjudicados los más vulnerables.

v) Se recuerdan los tiempos (década de los años ochenta) de estudiante en la ULA Mérida cuando por alguna razón prioritaria en lo social o económico se iniciaba un conflicto. Pero se terminaba en una reunión con el gobernador para negociar la liberación de los estudiantes presos involucrados en hechos de violencia. Sin embargo, no resolvía para nada el problema económico y social inicial que había originado la situación de conflicto.

Parte II: Se requiere un proceder con sensatez pragmática

Un nivel de ingreso, remuneración o salario con cierta capacidad de compra para el caso específico de un trabajador decente, la cantidad de un producto cualquiera que se demanda en relación con su precio de mercado se comporta de una manera inversa, es decir, a mayor precio es menor la cantidad que se compra y viceversa. Agregando entonces que este comportamiento es definido en teoría económica como la “ley de la demanda”. Pero también entre otros aspectos adicionales relacionados, si el aumento porcentual del precio ocasiona una disminución en menor porcentaje en la cantidad que se compra de un artículo, bien o producto se está en presencia de una “demanda inelástica”. Situación que se verifica en los productos de la canasta alimentaria e incluso en la gasolina como referente de ilustración.

Bajo estas premisas e incorporando el factor inflacionario como “fenómeno natural” de la actividad económica, en todo país donde no existen “perversidades” alrededor de la inflación y devaluación, los ingresos por venta que puede obtener un comerciante pueden crecer significativamente hasta cierto nivel; no obstante, experimentará una disminución sostenida en la cantidad vendida, lo que se traduce que el precio del producto tendrá un techo que no es posible rebasarlo, debido a que simplemente no existirán personas o unidades de consumo con poder adquisitivo para realizar la transacción.

Si este fuera el escenario para Venezuela, simplemente nunca se habría hecho presente el grado sostenido de agravamiento en la problemática económica y social, por lo que desde hace tiempo se hubiera de forma natural neutralizado y de por sí iniciado su reversión; esto simplemente con haber favorecido el compacto confianza-credibilidad-seguridad y propiciado las condiciones mínimas para el normal funcionamiento del mercado (interacción empresas y familias) y, claro está, con la orientación, coordinación y supervisión, mas no de la imposición o la fuerza por parte del agente económico llamado gobierno o sector público. Pero lamentablemente ha ocurrido todo lo contrario y permanecerá tal contrariedad “compleja” hasta que no cambie decididamente el proceder hacia la sensatez pragmática.

Parte III: Exhortación al presidente de la República Bolivariana de Venezuela

Dentro del marco del diálogo y la concertación se hace una exhortación al presidente de la República Bolivariana de Venezuela para que se ocupe en orden prioritario de resolver los desequilibrios económicos y sociales que afectan y hacen padecer a la sociedad venezolana en su totalidad. En relación con lo anterior:

  1. Iniciar de inmediato la ejecución de un Plan Integral de Reconstrucción o Reactivación Universitaria (PIRU), donde es básico la inversión de capital e infraestructura en todas las universidades, que complemente el justo y necesario presupuesto para gastos de funcionamiento y beneficios laborales (salarios entre otros) indexados: en pro de la formación integral de nuestros estudiantes y en beneficio de la sociedad a la cual nos debemos. En concreto (según estimaciones previas) se requieren invertir más de 2.000 millones de dólares en la ampliación, recuperación y potenciación de la infraestructura universitaria.
  2. Que el diálogo, la rectificación y concertación a favor de revertir la situación de quiebra, descapitalización, pobreza y miseria agravada que padece la sociedad venezolana, depende primariamente de una confianza renovada y la reducción de los altos grados de incertidumbre y conflictividad, que esté respaldada por la aplicación de una política económica integral, coherente, sensata, pragmática y disciplinada, tal cual como la relacionada con el índice de poder adquisitivo pertinente (IPAP).
  3. Transferir poder adquisitivo a todos los trabajadores decentes en función de un ajuste salarial real tal igual al nivel que existía en diciembre 2007 (año base según cuentas nacionales de Venezuela). A tal efecto, se dispone de una propuesta metodológica relacionada con la “Estructura salarial indexada y demás beneficios laborales”, teniendo como marco de referencia la realidad venezolana en cuanto a lo económico, social y político. Disponible en: https://bit.ly/2Hem5EA
  4. Existen sobrados indicios ciertos y comprobados de que Venezuela se encuentra inmersa en una irrefutable “emergencia compleja” y sufre además  los rigores de una “guerra” que ha sido oficializada y catalogada por el  mismo gobierno nacional como “económica” a través de su política comunicacional. Todo lo anterior supone las causales esenciales para activar la “ayuda humanitaria internacional”, así establecidas de acuerdo con el derecho humanitario, y calificada particularmente en la normativa respectiva vigente de la ONU, tal el caso de la Resolución 46/182. Por consiguiente, es menester hacer las diligencias necesarias para permitir que toda la población venezolana sea atendida en tal situación de extrema y vital urgencia.

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