La reciente iniciativa de un numeroso grupo de federaciones, sindicatos y gremios reunidos en torno a la integración de la Intersectorial de Trabajadores de Venezuela, hoy y mañana en Caracas, para defender el salario y la contratación colectiva debe tener como respuesta la participación y el apoyo de todo el sindicalismo libre y democrático en nuestro país, ante la decidida posición del mundo del trabajo de rechazar el salvaje paquete económico antilaboral del gobierno de Nicolás Maduro.

De entrada, es importante resaltar que desde el mes de septiembre se ha acrecentado la protesta laboral en todo el territorio nacional, y según el OVCS se han registrado hasta 100 manifestaciones diarias de trabajadores en exigencia de sus derechos no solo en la capital de la república, sino también en oriente, occidente, sur y centro del país.

A la protesta sindical y gremial se añaden las manifestaciones ciudadanas ante el deterioro de los servicios públicos, bien por el transporte, ya que chirrincheras y perreras sustituyeron las unidades autobuseras públicas y privadas por la escasez de repuestos y cauchos; por electricidad, ante los cortes permanentes denominados ahora con el pomposo nombre de programas de administración de carga, que traducido en criollo no es más que un vulgar racionamiento por un servicio obsoleto y ruinoso; por la falta de gas en comunidades enteras, que han retornado a la edad de piedra, al fogón y la leña; por la escasez de agua y la sequía prolongada, que agrava las condiciones de vida, junto con el apocalipsis de la salud, la educación, la seguridad ciudadana y la escasez de alimentos.

Este cuadro dantesco confirma el fracaso rotundo del publicitado programa de recuperación, crecimiento y prosperidad económica, ante la devastadora inflación a dos meses y medio de su implantación, y la reacción masiva de repudio de los trabajadores y de la población en general, que no se han comido el cuento del carnet de la patria, las cajas CLAP y los bonos compra-conciencia.

¿Qué es lo que ha hecho falta ante tanta conflictividad laboral y social? Lograr un espacio donde puedan reunirse y movilizarse sectores sindicales, gremiales y sociales a los que, en primer lugar, no se les descalifique por ser opositores, chavistas o independientes, y, en segundo lugar, que no se les manipule en función de objetivos e intereses partidistas.

A lo largo de 2018 ha habido varios intentos de organizar la protesta laboral, hasta el reciente surgimiento de la Intersectorial de Trabajadores de Venezuela, que ha recogido en las primeras de cambio la participación masiva de trabajadores del sector público y del sector privado, y cuyo primer paso augura para los trabajadores venezolanos la formación de una nueva referencia en el contexto sindical y gremial que agrupe sin exclusiones a todos los sectores laborales que se plantean confrontar la nefasta política económica gubernamental.

Esta unidad de los trabajadores es fundamental para hacer retroceder al régimen madurista, empeñado en imponer las tablas del hambre que precarizan el trabajo digno, conquista universal garantizada por la OIT en sus convenios y en las luchas desarrolladas acá en Venezuela en un siglo de luchas laborales.


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