En estos días se celebra el Día de la Independencia de Estados Unidos, firma  de la declaración de la independencia  (1776) y la de  Venezuela, en donde se declaró  la independencia absoluta de la corona española. Alguna vez creo haber leído que la fecha inicial para la declaración  de nuestra acta de independencia era el 4 de Julio y la cambiaron para no coincidir con la fecha patria de la ya libertada  nación del norte. No son solo la cercanía de las fechas las que a lo largo de la historia han unido a estas dos naciones. Hay un acervo histórico de coincidencias, de relaciones políticas y comerciales prósperas y seguras que  han mantenido a los dos países en simbiosis por muchos años.

Por supuesto, estos últimos años han sido la excepción. El propio Libertador fue un amigo del país del norte. Admiraba a George Washington  y lo llego a llamar «El Néstor de la Libertad». Visitó ese país por primera vez en 1807. La familia de Washington, afirman historiadores, reconociendo a quien ya era un héroe, como el Libertador de América, lo honraron con una medalla con el retrato del que fue además el primer presidente de Estados Unidos. Cuando Bolívar fallece, el presidente de Estados Unidos, Andrew Jackson, ordena 13 cañonazos por diferentes buques de la Armada en su honor.

Por esos mismos años también desde ese país se comenzaba a reconocer la figura del Libertador. En el año 1815 se funda en Texas Port Bolívar en honor del venezolano. La primera ciudad que llevaría su nombre junto a muchos otros pueblos de una serie a lo largo y ancho de ese vasto territorio. La primera ciudad del centro de Estados Unidos  con el nombre de Bolívar se fundó en Tennessee, también en reconocimiento a la leyenda que se creaba con relación a este venezolano. De esta ciudad me referiré más adelante.

Un submarino nuclear se bautizó como USS Simón Bolívar. Afirman varias fuentes que existen más de 40  ciudades en honor del Libertador. Para 1821 solo en Estados Unidos se contaban 15 localidades que llevaban el nombre Bolívar: 2 en Nueva York, 1 en Alabama, 1 en Georgia, 1 en Indiana, 1 en Luisiana, 1 en Maryland, 1 en Mississippi, 1 en Missouri, 1 en Ohio, 1 en Pennsylvania, 1 en Tennessee, 1 en Texas, 1 en Virginia, y Port Bolívar en el condado de Galveston, donde se encuentran casualmente las instalaciones de la NASA. Refieren también los estudiosos de las relaciones entre los dos países que una familia de militares estadounidenses tiene como tradición colocarles el nombre de Simón Bolívar a sus miembros. Otra tradición la inicia la familia Buckner en Kentucky, cuyos miembros tienen el honor de bautizar sus hijos primogénitos con el nombre del prócer venezolano desde el año 1823 y que aún se mantiene. De esa familia era el oficial de más alto rango norteamericano que murió en la Segunda Guerra Mundial, el general Simón Bolívar Buckner, en la isla de Okinawa. Muy apreciado por Eisenhower.  Su abuelo, que llevó el mismo nombre, fue un general confederado en la Guerra Civil. También en su honor, el Libertador tiene más de ochenta secundarias con su nombre por todo el territorio

Recuerdo que durante el aniversario de los doscientos años del natalicio del Libertador, nuestra embajada en Washington instruyó a los jefes de misiones consulares para que hicieran un inventario de monumentos, plazas, calles, pueblos, libros y cualquier indicación que fuese un reconocimiento al padre de la patria. Nuestra sorpresa fue encontrar que, efectivamente, Bolívar dejó huella y fue admirado a lo largo y ancho del territorio de Estados Unidos por su heroica hazaña por la libertad del continente. Nos correspondió posteriormente en las distintas jurisdicciones presentar el agradecimiento con monumentos, placas y actividades en nombre de pueblo de Venezuela a distintas localidades de ese extenso país.

Uno de los pueblos que Venezuela honró entre otros fue el de City of Bolívar en el estado de Tennessee.

Tuve  la oportunidad de conocer esa pequeña localidad, fundada en 1825 en honor del suramericano y situada en el condado de Hardeman. Fue una satisfacción ver la estatua que se colocó frente al Capitolio de la ciudad y el agradecimiento de los habitantes por ese gesto. Se me honró en esa ocasión  con las llaves de la ciudad.

Conversé con el alcalde del condado, Jimmy Sain, y el alcalde de Bolívar, Barren Stevens, quienes con gran amabilidad me afirmaron lo orgullosos que estaban de que su ciudad de 5.000 habitantes llevara por nombre el de nuestro Libertador, y que para ellos el gesto por esos años de donar una estatua para la ciudad y otra para su biblioteca había sido de gran importancia. Sin duda, son muchas las huellas de Bolívar en Estados Unidos .Hay varios estudiosos que recopilan muchos otros reconocimientos.


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