La política y sus actores están permanentemente sometidos a múltiples  contingencias que moldean la viabilidad de un proyecto político. De un día para otro cambian radicalmente las circunstancias. Sobre esto deben haber muchísimos ejemplos a lo largo de la historia. Menciono dos. En Venezuela el tachirense Diógenes Escalante estuvo a punto de ser candidato presidencial destinado a ser el sucesor de otro tachirense, Isaías Medina Angarita. Sin embargo, en la víspera perdió el juicio y con ello se esfumaron las intenciones de que fuera presidente de la República.

En Estados Unidos, en julio de 1969, un incidente marcó la vida política del senador por el Partido Demócrata Ted Kennedy. Un accidente de tránsito en el puente de Chappaquiddick en el estado de Massachusetts. Después de beber y parrandear con jóvenes asesoras de su hermano Robert, Ted, en aquel momento casado y padre de familia, se escabulló con una mujer de 28 años, Mary Jo Kopechne. Iban en el carro, él hizo una mala maniobra, perdió el control del vehículo que cayó del puente de Chappaquiddick y se sumergió en solo dos metros y medio de agua. La mujer quedó atrapada y el senador optó por huir de la escena, abandonando a la joven, que tuvo una dolorosa muerte no por inmersión sino por falta de aire a lo largo de horas. Increíblemente, Kennedy tardó diez horas en denunciar el accidente. Tenía 37 años y a partir de allí, aún cuando fue senador hasta la fecha de su muerte, no pudo ni siquiera asomar la idea de ser presidente de Estados Unidos. Cosa que para la familia Kennedy era un revés en el objetivo de que otro Kennedy fuese jefe del Estado de la nación gobernada por su hermano John a comienzos de la década de los sesenta. Ese evento trazó una línea entre el antes y el después de la carrera política de Ted Kennedy.

Recientemente fue publicado en las redes sociales y portales de Internet un video en el cual se mostraba cómo el conductor del vehículo que transportaba al diputado Julio Borges atropellaba a un niño. El video filmó inequívocamente cómo Borges corría alejándose del vehículo mientras el niño seguía debajo del carro. No vamos a especular sobre los motivos que lo llevaron a reaccionar de esa manera. El video, evidentemente editado, muestra a un Borges escurridizo en una aparente huida de la escena donde ocurrió el hecho. Cualquier observador inadvertido se asombra de esa reacción. Pero, como dije, el video es editado. En todo caso, está produciendo un verdadero golpe a su imagen y reputación. El niño falleció a las horas. Ese evento tuvo lugar el año pasado, en agosto de 2017 y fue el propio Borges quien dio la cara y publicó la información en su cuenta de Instagram. El video sale publicado un año después, justamente cuando lo están involucrando en el magnicidio frustrado en contra del presidente Maduro ocurrido el pasado 4 de agosto. Ha causado indignación entre los seguidores de Borges y en el mismo afectado, quien en su cuenta de Twitter publicó: “Hoy @jorgerpsuv y @NicolasMaduro de nuevo sorprenden con su bajeza, publicando un video hecho por el Sebin, que me perseguía 24 horas al día. Es miserable que por mantener la persecución contra mí, utilicen políticamente una tragedia tan dolorosa”.

En la lucha política hay confrontaciones de tipo ideológico, programático, de visión de los hechos y de cómo enfrentar los problemas que atañen al común; pero también los enfrentamientos se dan en el terrreno personal; sobre la integridad y honestidad de los actores; sobre sus costumbres, vicios y demás características individuales de los contendientes. Eso es normal y muy sano para que los gobernados sepan a qué atenerse cuando votan por una persona.

No hace mucho vimos cómo en uno de los debates sostenidos entre Hillary Clinton y Donald Trump en el último proceso electoral norteamericano, en pleno debate, la candidata Clinton fustigó el tratamiento que le dio el para entonces propietario de la franquicia del Miss Universo a la venezolana Alicia Machado, ganadora del certamen en 1996, por tener unos kilos de más. Trump reaccionó sorprendido que Hillary haya sacado de la manga ese ataque sobre un hecho que ocurrió hace más de 20 años. Esto demuestra que, en política, las cosas que hayas hecho mal o bien te acompañan toda la vida.

Es por ello que todo dirigente debe ser consciente de sus falencias, carencias y debilidades a la hora de asumir o conservar una responsabilidad de dirección de cualquier grupo de personas o colectividad. Sobre todo debe ser honesto en darlas a conocer a sus seguidores o aliados inmediatos para que estos sepan a qué atenerse. Los chavistas, que no andan jugando carrito y por el contrario juegan rudo con el objetivo de destruir a todo adversario, aprovecharon la circunstancia del magnicidio para divulgar el video y darle así un golpe certero a la imagen del máximo dirigente del partido Primero Justicia. Aquí cabe aquel famoso refrán popular: “Quien tiene rabo de paja, no debe arrimarse a la candela”. Hay que lamentar el incidente. Que esto sirva de lección para aquellos que, teniendo largas historias, se la pasan como aspavientos meneando los brazos como si no hubiesen hecho nada en sus vidas. El hecho bíblico dice: “No mires la paja en el ojo ajeno; más bien fíjate en la viga que tienes en el tuyo”.


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