El pueblo venezolano jamás capitula. Tiene demasiadas agallas en sus arrestos, que verlo entregarse es irreductiblemente imposible. Pocas naciones han resistido por tanto tiempo este aluvión de vejámenes, son ya dos décadas enfrentando todo un andamiaje de perversidades que busca el arrase absoluto. Cuando parece que desfallecemos, aparece la voluntad inquebrantable de una nación que recupera su lozanía. Cada capítulo en una nueva lucha, es el despertar del viejo espíritu patrio que supo siempre ponerle a la altura del compromiso.

En veinte años de una cruenta dictadura, encarnada por una caterva de degenerados, su voluntad de no quebrarse ante la feroz arremetida nos mantiene incólumes en este camino. Somos millones lo que rechazamos este modelo aberrante de manipulación selectiva, una perversa maquinaria que persigue exterminar al adversario. Sus obras son las tuercas en el abismo, la presentación de los peores errores revestidos con el barniz del populismo, como el peor veneno en pueblos sembrados de una pasmosa candidez.

Este régimen químicamente inmoral no puede actuar distinto a su naturaleza, son hampones que jamás se detendrán, esa genética demencial impulsa sus movimientos hasta niveles sorprendentes. Sin embargo, en los tiempos recientes han comenzado a surgir enormes contradicciones en el seno de la revolución. El proceso socialista sufre de profundas averías en su barco de años. Hace crisis por todos lados, ya son muchos los miembros de la administración chavista que cuestionan su permanencia en el tiempo, es tan nefasto el gobierno de Nicolás Maduro que su defensa solo la hacen sus grandes beneficiarios, han tenido que recurrir al archivo de videos y fotos de antiguas manifestaciones partidarias para mostrar algún respaldo que augure viento a favor. Ya los ciudadanos no se dejan embaucar por semejantes artimañas publicitarias, al saberse mayoría ejerce ese poder manifestándose de manera grandiosa en todos los escenarios posibles. Es la fuerza del cambio que perdió el miedo ante el régimen despótico.

Ahora el chavismo se siente acorralado, solo responde con ráfagas que son rebatidas por esa mayoría democrática que encabeza el legítimo presidente Juan Guaidó, la determinación de este emergente líder logró unir a la oposición para hacerla la esperanza de todos.

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@alecambero


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