Calificada como una limosna por parte de voceros del régimen usurpador, la ayuda humanitaria es el centro de atención mundial en las fronteras de Venezuela. El insomnio en San Antonio del Táchira y Ureña se convirtió en estos últimos días en algo cotidiano en sus pobladores. De hecho, circularon fake news que decían que si ponías tu nombre en una lista te llamarían para buscar una bolsa de comida alertando a la población que esperó por horas una declaración oficial.

Venezuela está sumergida en una crisis humanitaria que agudiza cada vez más al transcurrir los días. Mientras niños morían en los hospitales y otros comían de la basura, la excusa de Nicolás Maduro, quien fue presidente (luego de haberse robado una elección por seis años) y hoy usurpa el poder, era que había una guerra económica contra el pueblo. La verdad es que sí existió una guerra, pero era del Ejecutivo hacia el pueblo venezolano, la cual consistía en seguir empobreciendo y acabando con el país para que la ciudadanía dependiera de ellos y sus miserables bonos mientras ellos seguían robando impunemente.

Aún no se puede catalogar lo que vivimos como una catástrofe humanitaria, pero de no resolver cuanto antes la crisis que hay, la historia venezolana será muy oscura, llena de tristes relatos.

Hoy en Venezuela hay un gobierno encabezado por Juan Guaidó que tuvo como prioridad la crisis humanitaria. Pudimos observar que uno de los primeros decretos del presidente Guaidó fue solicitar la tan necesitada ayuda humanitaria a los países aliados de la causa democrática. Esto, sin duda alguna, alentó a la población y alarmó al usurpador, quien con tan solo dos semanas siendo oposición, ya generó la primera guarimba en uno de los pasos oficiales por donde entrará la ayuda.

Con contenedores y una cisterna de combustible, el paso de Colombia hacia Venezuela en el puente binacional de Tienditas fue obstruido, pero ¿creen ustedes que esto detendrá a la población venezolana? La respuesta es un contundente no. Nuestras necesidades como venezolanos sobrepasan cualquier obstáculo que el usurpador coloque.

¿Cómo le dices tú a una madre, que no tiene cómo alimentar a sus hijos, que no ingrese la ayuda? ¿Cómo le dices tú a un paciente renal que no hay la medicina de su tratamiento? ¿Cómo le dices tú a los médicos y enfermeros que trabajen si no tienen cómo atender al paciente? La respuesta está aquí en Cúcuta, bloqueada por unos contenedores. Por cierto, las normas del Tratado de Ginebra establecen claramente que si una ayuda humanitaria es truncada es considerado un delito de guerra. ¿Se atreverá Padrino López a cometer otro delito más?

En Venezuela no hubo una catástrofe natural para así solicitar la ayuda humanitaria; al contrario, el huracán de la revolución de Hugo Chávez fue el que acabó a una nación productiva. Estoy seguro de que vendrán tiempos mejores.


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