El chavismo lleva demasiado tiempo en el poder. Es algo con lo que una abrumadora mayoría del país está de acuerdo. Sin embargo, en lo que no todos coinciden es en la manera de cambiar de gobierno. Mientras algunos proponen acabar con la dictadura por las urnas (un gran oxímoron), otros apuestan por una intervención militar de un país extranjero.

La propuesta de sacar la dictadura por las urnas tendría sentido si, valga la redundancia, no fuera una dictadura. Pero el hecho de serlo imposibilita una salida democrática. No han dejado el poder en años y han cometido múltiples abusos, ¿De verdad alguien cree que lo dejarán ahora? ¿Por qué iban a hacerlo, sabiendo lo que les espera cuando toda esta pesadilla acabe?

Las sanciones de la comunidad internacional contra los altos dirigentes del gobierno, como el bloqueo a sus cuentas bancarias o la prohibición de Estados Unidos del uso de la nueva criptomoneda petro son, desde luego, útiles, pero ¿no hay soluciones más inmediatas? El Estado venezolano tiene la ayuda de compañeros socialistas como Cuba y Bolivia. Se necesitan mutuamente para no verse del todo aislados. Ya perdieron un gran apoyo con la salida de Cristina Kirchner en Argentina. Es necesario sancionar al gobierno de estos países y no colaborar con ellos como, por ejemplo, hizo Pedro Sánchez, presidente del gobierno de España y secretario general del Partido Socialista Obrero Español, que firmó un acuerdo con Evo Morales para “invertir” 14.000 millones de dólares en Bolivia.

Es posible esquivar las sanciones y más con un poder como el que tiene el gobierno de Venezuela. Por tanto, Las soluciones más inmediatas son dos: rebelión de los propios militares venezolanos e intervención militar extranjera. La primera depende de los cuerpos de seguridad del Estado y no parece probable, así que me centraré en la segunda opción. El país que más cerca podría estar de intervenir militarmente Venezuela es Estados Unidos. Donald Trump insistió, una vez más, en que no hay ninguna opción descartada en lo que a este asunto se refiere. Incluso se llegó a publicar en la revista Time que el presidente estadounidense lo había planteado a sus asesores. Quienes se oponen a este supuesto argumentan que Venezuela no es colonia de ningún país y que, por tanto, no puede ser ocupada por cuerpos militares foráneos. A pesar de entender su argumento, discrepo. Las fuerzas de seguridad venezolanas no hacen más que perpetuar la tiranía. En caso de que un país extranjero quiera perjudicar a Venezuela se deberá actuar para impedirlo pero, si lo único que ofrecen es derrocar la dictadura que viene llevando al país a una situación cada vez peor ¿por qué rechazar su ayuda?

Venezuela no debe creer en promesas frágiles e increíbles como la salida democrática de una de las dictaduras más liberticidas del planeta. La intervención o rebelión militar son, seguramente, la única esperanza de Venezuela para salir de la dictadura. Ningún régimen tiránico ha durado para siempre. Sus líderes aseguran que gobernarán eternamente, que su modelo seguirá intacto con el paso del tiempo y creen que, poco a poco, la ciudadanía verá sus actos con total normalidad. Pero la eternidad parece hacerse demasiado corta para sus promesas. Sin embargo, esta situación puede alargarse, y de mantenerse el PSUV más tiempo en el poder, las cosas solo irán a peor. Es en estos momentos cuando las medidas drásticas se vuelven deseables.


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