En el mundo y hasta hace poco habíamos utilizado intensivamente el combustible fósil para satisfacer nuestros requerimientos energéticos. Ahora bien, a medida que la evolución y el desarrollo humano ha tenido lugar, la sostenibilidad ambiental se ha visto fuertemente amenazada por la contaminación derivada de tal combustible y de allí la gran importancia de desarrollar fuentes de energía limpia que garanticen, a su vez, la sostenibilidad ambiental de nuestro planeta.

Para lo que va de 2018, un quinto de la generación mundial de electricidad ha sido a través de tecnologías limpias. De hecho, este año es el primero en que la producción de energía solar ha sobrepasado la producción de energía de cualquier otra índole en el mundo. En los últimos dos años, el costo de producir energías limpias ha disminuido notablemente y se convierte en la generación más barata para más y más países, menos para Venezuela.

A fin de darnos cuenta de en dónde se ubica nuestra antitendencia y destruida Venezuela en el contexto anterior, uno puede bajar de  Internet el British Petroleum Statistical Review of World Energy 2017, que contiene datos sobre el tema energético procedentes de 72 países, y extraer de allí algunas cifras interesantes.

Si miramos la capacidad instalada en turbinas de viento de los nueve primeros países que producen 80% de la energía eólica, la Venezuela “líder” no-alineada no aparece. España lidera la capacidad instalada en energía eólica desde 1998, cuando Hugo Chávez se disponía a asumir el poder nuevamente, pero esta vez de manera legal. Le siguen Alemania, China, Japón, Estados Unidos, Italia, Reino Unido, Francia y Brasil.

En conjunto, todo informe consultado muestra que todas las categorías de energía solar han visto un descenso significativo de sus costos desde 2010. Además, las instalaciones solares más grandes superan consistentemente a sus contrapartes más pequeñas en lo que respecta al costo instalado por kilovatio nominal de capacidad de generación.

Si entonces nos detenemos en la capacidad solar instalada, nos enteramos de que la Venezuela líder del Alba tampoco aparece. También nos damos cuenta, con solo graficar la capacidad instalada de los siete países que generan 80% de la energía solar en el mundo, que Alemania se inició liderando su enfoque en fuentes limpias de energía hacia 2003, mientras que en 2007, cuando los precios del crudo comenzaron a ascender desde los 60 dólares por barril hasta duplicarse en julio de 2008, se disparó el enfoque generador de China, Japón, Estados Unidos, Italia, Reino Unido y la India.

El mundo, prácticamente como un todo, comenzó a cambiar desde la perspectiva energética a principios de 2008, menos nosotros aquí en Venezuela, ¿y saben ustedes la razón? Hugo Chávez fue tajante en cadena nacional: no había necesidad de cambiar, estábamos blindados.

En materia de energía eléctrica y ayudada por Derwick Associates, Venezuela alcanzó su pico de generación en 2012, el penúltimo año de Hugo Chávez, con 127,9 terawatt-hora y luego le sigue un comportamiento oscilatorio, de alzas y caídas, que no se observa en ninguno de los 7 países latinoamericanos, ni en el resto de los 65 países reportados por la publicación de British Petroleum.

En palabras más llanas: Venezuela es el único país del mundo que exhibe el síndrome de la margarita deshojada en generación de electricidad: genera y no genera. Mucha revolución, mucha asamblea nacional constituyente, muchos AK-47, muchos Sukhois, casi veinte años de habladera de bolserías en cadena nacional, pero generación de electricidad aleatoria: unas veces sí y otras veces no. Y si hablamos del preciado líquido, el agua, tampoco bombea. Por ejemplo, en Caracas deberían estar entrando 18.000 litros por segundo y tan solo entran 14.000, y también de manera aleatoria.

La anterior perspectiva energética reafirma que esta ha sido siempre una revolución de pacotilla y sus resultados están allí, a la vista de todos nosotros y del mundo: ni siquiera con las grandes reservas probadas de crudo que se jacta de poseer, que solo utiliza para avalar al petromuerto, ha sido capaz de generar, de manera persistente, más barriles de crudo, más electricidad, más gas, bombear más agua, producir más alimentos y mucho menos, más y mejor bienestar para sus ciudadanos.

La realidad y sus cifras gritan que es a la Corporación Eléctrica Nacional y a Hidrocapital a las que hay que intervenir, previa destitución de los incompetentes que las presiden.

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