El filósofo español Antonio García Trevijano estableció una distinción entre abstencionistas y abstencionarios. Abstencionistas son aquellos que por un manifiesto desinterés en la política, no votan y se mantienen desmovilizados al margen del debate político. Por su parte, los abstencionarios son los que deciden conscientemente no votar en unas elecciones, como una forma de lucha política. La diferencia entre unos y otros es su nivel conciencia y su disposición a movilizarse.

En Venezuela, analistas maniqueos que favorecen la tesis electoral del régimen y de la falsa oposición, intencionalmente, ponen en un mismo saco a todos los que expresan rechazo a la vía electoral y los califican de abstencionistas. Afirman que se trata de ciudadanos apáticos que supuestamente favorecen la antipolítica. Sin embargo, la inmensa mayoría de venezolanos que rechazan la vía electoral se mantienen movilizados en una posición política activa y militante, que los acerca más a la idea de abstencionarios que de meros abstencionistas.

Hoy en día es muy difícil encontrar a un venezolano que se esconda detrás del velo de una hipotética neutralidad para decir que no vota por simple desinterés o desidia. Por el contrario, la abstención se ha convertido en una posición militante y una tendencia dominante en la sociedad venezolana. Es la insurrección de quienes pacientemente han votado en estos 19 años y han tomado conciencia de la estafa.


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