Lo más conocido en el mundo del vino es que las vendimias ocurren entre los meses de septiembre y octubre, en el hemisferio norte, y entre marzo y abril en el hemisferio Sur, en zonas de países donde ocurren las  cuatro estaciones climáticas. La vid necesita calor para su crecimiento y especialmente para la maduración de sus uvas, lo cual se logra en estas zonas, entre final del verano y principio de otoño, cuando ocurren días cálidos y noches frescas.

En el trópico, estas condiciones se obtienen durante todo el año, en zonas áridas relativamente altas, donde se cultiva la vid para vino en países como: Venezuela, Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, India y Tailandia principalmente; razón por la cual se pueden obtener hasta dos excelentes vendimias al año.

Actualmente en Altagracia, estado Lara, Venezuela, zona ubicada a unos 500 metros sobre el nivel del mar, bajo el efecto climático de la Sierra de Baragua, está ocurriendo la maduración de las uvas y se está iniciando su recolección o vendimia. Desde final de Enero, con un sol brillante, calor no excesivo durante el día y noches muy frescas, se está logrando una excelente maduración, que aunado a la obtención de rendimientos moderados, permiten concentrar su calidad; pudiéndose predecir la obtención de excelentes y complejos vinos.

El proceso de maduración de las uvas es afectado positiva o negativamente por las condiciones climáticas imperantes. Una alta luminosidad y temperaturas altas no mayores de 32 °C durante la mayor parte del día, promueven un eficiente proceso de fotosíntesis, produciéndose complejos elementos de calidad que se almacenan en las uvas. Dicho almacenamiento se ve afectada por los procesos de foto-respiración (respiración diurna) y de respiración nocturna, mediante los cuales, la planta consume parte de los elementos producidos. Estos procesos de consumo están vinculados al calor; es así que temperaturas diurnas entre 18 y 32 °C y nocturnas por debajo de 26 °C, promueven un bajo consumo, lo que promueve una buena acumulación de estas complejas sustancias en las uvas.

Podemos señalar que la maduración plena se logra cuando las principales sustancias componentes de la uva como azúcares (glucosa y fructosa), ácidos (tartárico y málico), compuestos aromáticos, compuestos tánicos y fenoles en general, estén en equilibrio, en concentraciones y en proporciones óptimas para la elaboración el mejor vino posible.

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