Viernes negro de hiperinflación. La dictadura apaga el fuego con gasolina al decretar otro inútil aumento salarial.

Los costos se disparan. Sufren los pobres, los ricos y los ex miembros de la clase media.

En la caramelería del cine, los dependientes invitan a consumir los productos con precio viejo. Los espectadores compran nerviosamente las chucherías. Asistimos al estreno de Liga de la Justicia. Queremos distendernos.

Desde el título, el filme conecta con el deseo de la audiencia. La película simboliza el estado delmundo y el país. La maldad eclipsa el panorama de los acontecimientos. La oscuridad pretende imponer un destino de castigo bíblico. Los líderes pierden la capacidad de respuesta. Las mesas de la Unidad reciben la sombra de la fotografía y el diseño gráfico. Descubrimos innumerables parentescos con la situación de Norteamérica y Venezuela.

El subtexto desprende lecturas alegóricas y metafóricas sobre la catástrofe del pensamiento hegemónico. El guion hace clara referencia a la visión intolerante de Donald Trump, pero el subtexto también permite desmitificar a los promotores de la Ley contra el odio. El villano sería una especie de mutante bolivariano con cuernos.

El filme expresa la épica del desencanto del director Zack Snyder frente al género de explotación de los superhéroes. La clásica solemnidad de Batman debe ceder ante el relajamiento de los ídolos posmodernos.

El tono de sátira define a la mayoría de los personajes positivos, influidos por la escritura y la ejecución de los íconos de la Marvel. La DC apropia y absorbe los códigos expresivos de la competencia, diluyendo su identidad corporativa. Después de todo, el asunto puede tratarse de una fase en la evolución de la tendencia.

Agotado el filón de gravedad impuesto por Dark Night, el drama de los vigilantes pasa de moda y deriva en la creación de una serie de tragicomedias de acción hiperrealista.

Batman supera el tormento existencial de anteriores entregas, prefiriendo mostrarse cínico y juguetón. De igual modo, el humor favorece la empatía de los demás figurantes.

La Mujer Maravilla saca la cara por las peleas cuerpo a cuerpo. La actriz Gal Gadot resucita el ángel y el carisma del mejor star system. La cámara erotiza y vampiriza a la reina de belleza. Aquaman y el hombre de acero exhiben torsos desnudos y tonificados. El realizador expande en ellos su percepción apolínea del cuerpo humano. Las miradas y actitudes de Flash reencarnan la ironía camp y gay del autor de 300.

El compromiso acelera la resurrección de Superman, a quien le afeitaron el bigote con una hojilla digital de 13 millones de dólares. El resultado del efecto es uno de los lastres de la pieza. Clark Kent se ve como un animado frío de un videojuego.

El grupo integra un reparto tradicional de crisol de razas en oposición a la imagen uniforme del ángel caído de la trama, Steppenwolf, de diseño plano y predecible.

El engendro satánico devela uno de los problemas de la franquicia en la actualidad. Su falta de profundidad ablanda la tensión del conflicto.

Al final, la compra del boleto se justifica en el placer de conocer los dilemas y percances de los integrantes del mismo bando. Por algo el propio argumento del relato afirma extrañar la época de los pingüinos y los guasones. Liga de la Justicia refrenda el tiempo de hoy entre demonios encasillados y vengadores autoparódicos.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!