Cuando su cansancio no es un componente en la lucha para alcanzar la meta, el guerrero se transforma en infatigable, son personas que persiguen, como dijo Winston Churchill: “La victoria por encima de todo…porque sin ella no sobreviviremos”.

Víctor José López ha tenido la muy oportuna iniciativa de publicar, con el título Infatigables, la historia de una familia enraizada en lo más profundo de nuestra República que, como escribe: “Iniciamos una ruta cuya intención y meta era la cimentación de un país en el cual ondearía una bandera hinchada por aires de igualdad y libertad, y que sus hijos jamás se cansarían en la defensa de su soberanía e independencia”.

Las páginas de su libro están llenas de historia patria, que nos gustaba leer y comentar. La historia que Uslar Pietri describe en sus Lanzas coloradas o la que Eduardo Blanco relata en Venezuela heroica. También la historia de los más recientes, como José Rafael Pocaterra, Elías Pino Iturrieta, Rafael Arráiz Lucca e Inés Quintero. Todos autores que describieron hechos y acontecimientos que nos llenan de orgullo venezolano.

Lamentablemente, en los últimos lustros, nuestra indigente dirigencia se inspiró en obras como la de José Martí o la vida del argentino Ernesto Guevara, que probablemente algún babalao les recomendó.

Víctor José López describe cuán ardua ha sido la lucha y el fragor desde las batallas homéricas con las lanzas llaneras, hasta la lucha contemporánea y reciente que intenta desterrar la barbarie con las armas de la educación, creando escuelas, universidades y hospitales. La lucha permanente por inculcar los valores de la democracia, la libertad y la justicia.

También entendemos que, con valentía y entrega sincera, la lucha por los principios ha cabalgado las trampas y traiciones, y no han sido obstáculo ni justificación para rendirse. Los Infatigables son la combinación de voluntad y perseverancia que se atribuyen a los Quijanos; por ello, al conocer su historia nos enseña, al igual que Sancho Panza, a pedir que no abandonen, que persistan, que la gloria no está en el triunfo, está en la lucha.

Es la Historia, con mayúscula, de un país que no ha dejado de buscar la ruta de la libertad y la democracia, es una historia contada atravesando generaciones de una misma familia que ha sufrido en sus entrañas y que, como diría el inglés, a costa de “sangre, sudor y lágrimas” aún continúa enfrentando al Leviatán para dejar un mejor país. Su lectura inspira y al mismo tiempo genera rabia, frustración y tristeza, a la vez que despierta un sentimiento de orgullo, optimismo real, pues destaca lo que se ha logrado, tanto como que aún queda por hacer. Lectura recomendada para nuestros escuderos.


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