Conocemos como actitud la facultad que tienen los seres humanos para actuar ante ciertas situaciones que se presentan en la vida. Se trata de la forma como se expresa el estado anímico de los individuos, así como de la respuesta emocional ante las distintas circunstancias. Esta se forma de manera aprendida, basada en las diferentes experiencias vividas, influyendo sobre las reacciones que demuestran los individuos.

Cuando algo inesperado sucede, bien sea favorable o desfavorable, la actitud determina la forma como se asumen esos imprevistos. No todos tendrán las mismas respuestas. Esta característica demuestra la facilidad que tienen las personas de afrontar esos acontecimientos. Si es de manera adecuada o no, dependerá de la personalidad y capacidad de cada uno, pues genera una disposición mental que direcciona las reacciones positivas o negativas.

Algunos factores que influyen en la formación de la actitud son las relaciones con otros, los valores personales, las vivencias, las creencias, el entorno, entre otros. Esta última condición está determinada por los resultados que el individuo desea alcanzar respecto a sus metas personales o sociales, pues su forma de conducirse le facilitará el cumplimiento de su papel en la sociedad. Le permitirá destacarse demostrando una actuación satisfactoria o no.

Quienes demuestran una actitud positiva, son individuos optimistas, con una óptica favorable ante las contingencias o cambios inesperados, lo cual ayuda a evitar reacciones negativas de angustia o confusión. La disposición favorable, ayuda a seguir adelante encontrando el mejor camino, a estar dispuestos para recibir apoyo de otros y demostrar mayor carácter.

La actitud positiva hay que cultivarla, pues es una excelente cualidad para lograr cualquier objetivo. Está determinada por las condiciones emocionales de cada quien, es decir, del sentimiento que se le atribuye a las situaciones vividas. Es importante entender que existen factores externos que afectan y no se pueden controlar. Además, influye la seguridad con la cual se asumen estas vivencias.

La actitud es determinante en la forma de asumir las distintas experiencias de la vida y de interpretarlas para generar una serie de creencias internas que conforman las representaciones que los individuos se forman sobre la realidad. Aunque no es fácil, debido a la naturaleza vulnerable de las personas, sí es posible contar con una actitud positiva que permita una visión favorable para asumir la vida.


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