En días pasados Mike Pompeo –quien fue director de la CIA, por lo tanto no es pendejo– no se iba a dejar grabar tan fácilmente, cuando se refirió a la situación de la oposición venezolana.

A mi juicio, él quería que todo el mundo supiera lo que piensa sobre la oposición venezolana; quizás se cansó de haber dicho las cosas en privado, y por ello el regaño público, que aunque reconozco que no es la mejor manera, tal vez ahora hagan algo de caso.

Aunque me preocupa la respuesta de Juan Guaidó a Mike Pompeo: “Estamos unidos en el deseo de salir de Nicolás Maduro”. El dicho popular reza: “Deseos no empreñan”.

Mike Pompeo y Elliot Abrams –ambos– llevan al menos esta última semana dándole de manera pública a los venezolanos recomendaciones que desde Unidad Visión Venezuela hemos venido planteando hace más de año y medio.

Ojalá que ahora esta dirección política haga caso, pues la propuesta y el llamado de atención viene de nuestro máximo aliado. Aparte del diálogo interno que debe haber entre toda la oposición venezolana, es necesario que cese la ANC, que el madurismo cabellista regrese al único poder legítimo para que desde el Parlamento nos pongamos de acuerdo y entonces poder nombrar un Consejo Nacional Electoral que goce de la confianza de todo el país, vuelva la institucionalidad y podamos volver a la democracia.

Volviendo al tema del Encuentro Nacional de la Oposición, este responde a la máxima preocupación de los ciudadanos, en cuanto a que el país requiere en este momento acelerados e intensos esfuerzos cooperativos de todos los integrantes, entre actores y factores que hacemos vida en nuestra Venezuela.

Bajo nuestra exigida capacidad de responder con habilidad –responsabilidad– para ocuparnos de ejercer y actuar en consecuencia, en el cumplimiento de nuestro deber como dirigentes políticos, así como recomienda Elliott Abrams, y ha sido parte de nuestro planteamiento a los distintos sectores de la oposición venezolana, pueda salir humo blanco y lograr la transición tan necesaria para el cambio que queremos la mayoría.

De igual manera, creo que es importante destacar de todo lo que Pompeo dijo sobre la división y los intereses mezquinos, que han impedido que Nicolás Maduro se vaya, por lo que urge el encuentro en el que aparte de ponernos de acuerdo en una sola estrategia, cesen los intereses personales.

El mensaje de Pompeo para la dirigencia venezolana es una dura advertencia, sin lugar a dudas. Ojalá que este consejo aún esté a tiempo.

Por eso, insisto en que todo líder demócrata debe mostrar su talante de estadista y con ello reconocer el peligro que representa la actual situación de tirantez, dentro de las filas que aspiran a reconstruir Venezuela. Estar claro en que hay que poner a los venezolanos por encima de las posiciones particulares por muy nobles que sean, así como aceptar la necesidad de sentarse a buscar mecanismos consensuados para superar la crisis. Establecer una agenda única de acciones para sacar a Maduro del poder, y por último hacer un llamado a sus seguidores a mancomunar esfuerzos alrededor de la agenda acordada.


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