Antes de comenzar a escribirte esta carta, queremos pedirte nos disculpes que te hayamos quitado el San, porque lo asociamos al tío Sam norteamericano, y eso no tiene nada que ver con lo que a continuación te pedimos. Te hacemos llegar esta carta, mediante la cual te expresamos nuestro agradecimiento por todo cuanto haces por los niños del mundo y esperamos este año igual, en Venezuela, por nuestra felicidad y la de nuestra hermanita Ivanna, así como la de  los amiguitos del humilde barrio en el que vivimos con nuestros adorados padres, quienes se contentarán al vernos alegres y felices con los juguetes que nos traerás, que también será el mejor regalo para ellos, que admiran en ti tu alegría, humildad, encanto y sinceridad, además de la sencillez que se dibuja en tu rostro.

Hemos pensado mucho para decidirnos a llamarte de esta manera, y no Papá Noel, Santa Claus o incluso San Nicolás. Papa Noel, porque suena muy distinto y nadie puede creer que procedes del Polo Norte y que te llamas realmente Klaus o Nicolás, que es lo mismo; claro, esto dicho en el idioma alemán o español. Por eso decidimos llamarte como lo hace la mayoría de los niños de nuestro país: Nicolás.

Nicolás, la lista de nuestro pedimento no es muy larga, y por eso solo expresaremos lo más esencial para no aburrirte, porque entendemos que tienes mucho trabajo y debes viajar bastante a distantes lugares del mundo, como lo haces cada año. Queremos decirte igualmente que te admiramos mucho por tu bondad, pues no tienes distingo de ninguna clase con nadie, lo cual es bastante, por eso eres tan famoso y te quieren en todo el mundo.

Nicolás, discúlpanos el abuso porque queremos pedirte algo además de nuestros juguetes, y es que ante la escasez de alimentos y medicinas que tiene a miles de niños en la más absoluta y dolorosa tragedia, trates con la ayuda de las ONG internacionales y otros organismos de afuera de brindarles el más amplio y decidido apoyo, para aliviarles sus necesidades a unos y enfermedades a otros. No te imaginas el dolor de ver todos los días a niños en las ciudades del país, unos de nuestra edad y otros mayorcitos y algunos ya jovencitos, buscando comida en los basureros de supermercados y restaurantes. Otros niños enfermitos en hospitales, en los que hasta han fallecido por falta de medicinas y materiales para el tratamiento. Como puedes comprender, esto es como para ponerse a llorar y como sabemos que eres un hombre de muy buenos sentimientos, amor, piedad y caridad, sabemos que te empeñarás en hacer todo lo posible por ayudarnos a solucionar esta situación. Te estamos pidiendo mucho, pero para ti que eres como el ángel de la guarda, no te será difícil complacernos.

Nicolás, dicen que tienes tantos poderes como los Reyes Magos, y por no esperarlos en enero porque faltan algunos días, queremos pedirte además de los juguetes otro favorcito, y es que atiendas las necesidades de los miles de niños que en nuestro país están sufriendo mucho porque sus padres no tienen ni siquiera para comprar comida,  y como tú sabes muy bien eso les produce una inmensa tristeza, porque tampoco pueden asistir a las clases en su escuela, pues con el estómago vacío hasta se desmayan y no ponen atención a lo que dice la profe. Tu gran labor humanitaria, frase que en casa les escuchamos decir a nuestros padres a menudo, cada vez que nos falta algún alimento y las medicinas para nuestros abuelos, ayudará a aliviarles su triste situación.

Nicolás, te rogamos nos disculpes porque te pedimos tanto. No somos las únicas niñas a quienes tú le traes sus juguetes en Venezuela y todo el mundo, y por eso entendemos que debes tener mucho trajín en estos días; sin embargo, lo que te pedimos también no es para niños sino para unas personitas que todos los niños del mundo debemos querer mucho y que son nuestros abuelos, quienes nos consienten más que nuestros papás y mamás. Muchos de ellos viven fuera del país y desde hace muuuucho tiempo el gobierno no les paga sus pensiones, no se sabe las razones, pero esto les obliga a pasar hambre, y lo peor, no pueden comprar sus medicinas, como nos contó una amiguita nuestra de sus abuelos que están en Chile. Cuéntale a Diosito para que los ayude y bendiga.

Nicolás, casi se nos olvida pedirte también que le solicites a Diosito sus buenos oficios para que muchos jóvenes estudiantes, así como otros señores y militares, que están presos sean liberados y no se les siga castigando no a correazos sino de otra manera, que nuestra tía Libertad llama torturas y que nosotras no sabemos qué es, pero debe ser malo porque la tía se molesta y angustia mucho. Te pedimos y seguimos abusando de tu bondad, que le digas a Diosito que no queremos seguir viendo a muchos niños buscando comida en los desperdicios de las bolsas de basura en las calles de ciudades de todo el país, así como personas ancianas que madrugan para hacer lo mismo, porque las pensiones que cobran y se las pagan por cuotas, no les alcanza para comer y mucho menos para comprar sus medicinas.

Nicolás, no queremos seguir abusando de tu bondad al pedirte muchas cosas más que nos ponen triste, pero es que vemos a nuestros papás a veces hasta llorar y creemos es por falta de dinero para la comida, ropa y todo lo demás, por lo que te agradecemos todo cuanto puedas hacer contándole a mi Diosito lo que ya sabes que está pasando en Venezuela. 

Nicolás, estamos agradecidas como todos los años por traer a nuestra casa y a las de los demás niños la alegría que nos  llena de felicidad  como también a nuestros papás y mamás, hermanita y toda la familia.

Por último, como nos hemos enterado de que eres milagroso, y en Europa hasta te festejan con todos los honores y te hacen las fiestas que te mereces, te rogamos mucho que junto con Diosito nos ayudes a que nuestro país no siga teniendo los problemas que tanto daño le han hecho a mucha gente que sufre y llora desesperadamente. ¿Verdad que si lo vas a hacer, Nicolás?

Ah, se nos olvidaba decirte que la carta no te la enviamos por correo, sino por intermedio de nuestro abuelo que escribe todas las semanas en El Nacional, y que esperamos la publique.        

Tus niñas venezolanas, de los millones del mundo que todos los años te esperamos con emoción, cariño y apuro.

Marcela y Martina (las morochas)

NOTA: Nos despedimos hasta la segunda quincena del mes de enero. Felices Pascuas y un Próspero Año 2018 para todos nuestros consecuentes lectores, en unión de sus seres queridos.

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@_toquedediana


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