“Las nuevas interescalas salariales son regresivas, cercenan los derechos laborales, desmejoran considerablemente los beneficios adquiridos y atentan contra la carrera académica, la calidad y la sostenibilidad de la educación universitaria”

Fapuv, 11/09/2018

Otra práctica delincuencial del régimen contra la carrera docente universitaria. Otro zarpazo delictivo gubernamental que desestimula mucho más el ingreso, promoción y permanencia de los docentes en las instituciones de educación universitaria, violando lo dispuesto en el artículo 104 de la Constitución y lo establecido en el artículo 35 de la Ley orgánica de educación con una tabla salarial impuesta arbitrariamente, al margen de la contratación colectiva y a contrapelo de lo que establece el texto constitucional en sus artículos 91, 19 y 89. Construida con criterios que violan las actas convenio, desconocen acuerdos recientes de la III Convención Colectiva Única de los Trabajadores Universitarios y suprimen legítimos derechos adquiridos por el profesorado desde hace varios años. Una tabla que reduce de manera drástica las diferencias entre las remuneraciones correspondientes a las distintas categorías definidas en el escalafón de los miembros del personal docente y de investigación de nuestras universidades. Una tabla que promueve un perverso igualitarismo salarial. Una igualación hacia abajo con salarios que deteriorarán mucho más la carrera académica en Venezuela, en circunstancias en las que además la protección social del docente universitario acusa igualmente los efectos demoledores de la descomunal crisis que afecta al país.

Con ese mayor achatamiento de las nuevas interescalas salariales, con esos salarios de hambre, sin la debida protección social del profesorado, en un clima de tanta incertidumbre e intranquilidad, es de esperarse que sigan disminuyendo de modo alarmante los alicientes para hacer carrera universitaria. Menos de dos salarios mínimos (BsS 3.171) pasa a ganar un profesor titular a dedicación exclusiva (la categoría con mayor remuneración), después de ingresar mediante concurso de oposición a la institución, doctorarse y cumplir con la presentación y aprobación de cuatro trabajos de investigación para ascender en el escalafón universitario. Mientras que la remuneración de los docentes ubicados en las categorías que están por debajo (asociado, agregado, instructor), con la misma dedicación, es 2.992, 2.822, 2.661 y 2.510 bolívares soberanos, respectivamente. Como se observa, la diferencia en la remuneración entre dos categorías contiguas de la tabla es apenas de 6%. Nada estimulante si se tiene en consideración el tan devaluado poder adquisitivo de la moneda nacional en la actualidad. Lo es mucho menos si a lo anterior le agregamos la precariedad en la cual hoy se encuentran los sistemas de seguridad social de las universidades nacionales. Lo manifiesta, por ejemplo, un comunicado de la Apucv sobre los resultados de la asamblea profesores de la UCV realizada el lunes 10 de septiembre: “La política gubernamental no solo afecta la contratación colectiva, sino también los programas que administra el IPP. Samhoi, nuestro programa bandera, se encuentra incapacitado para soportar los costos de los servicios para los cuales fue creado: hospitalización, cirugía y maternidad. Hoy el cuerpo docente y nuestros empleados han quedado en la más absoluta falta de protección, a pesar de los esfuerzos hechos por la Apucv y el Consejo Universitario…”. Esto, sin duda, es un factor de gran peso que dejará su huella negativa en el ejercicio de la carrera académica: “Es difícil estructurar una carrera docente sobre sólidas bases sin que se organicen al mismo tiempo sistemas de protección social que inspiren confianza al profesor, no solamente en cuanto a su propia seguridad, sino también con respecto al destino de sus allegados inmediatos y dependientes”. (Francisco De Venanzi. Mensaje al Claustro).

Son golpes a la carrera académica, a la meritocracia. Golpes que desestimularán aún más el interés por la labor creadora y la búsqueda de la excelencia por parte del profesorado; que contribuirán a acrecentar la pérdida de incentivos para lograr el mayor número de realizaciones posibles, para ascender en el escalafón universitario, para investigar, para escribir y divulgar los conocimientos, etc.

Una situación de extrema gravedad que de modo particular la viven los docentes y los demás trabajadores de nuestras instituciones universitarias, también la padece el conjunto en general de los trabajadores del país, que también han visto menoscabados sus derechos laborales, que también ahora sufren con las violaciones de sus contrataciones colectivas, que son los afectados por las nefastas tablas salariales que arbitrariamente ha impuesto el régimen delincuente, violando la Constitución y la Ley orgánica del trabajo, creando más miseria y un mayor caos e incertidumbre. Es una situación que convoca urgentemente a las fuerzas trabajadoras del país a unirse, a movilizarse, a protestar masivamente, a luchar en defensa de sus derechos y por el bienestar de todo el pueblo venezolano.


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