En la memoria y cuento de Maduro dijo muchas mentiras, pero una de las informaciones que podrían ser ciertas es que el coeficiente de Gini de Venezuela está en 0,377. Él considera que ha sido buena su política porque ha disminuido la desigualdad; la realidad es que ha sido muy mala para la mayoría.

Un comentario previo, Maduro pudo referirse al Índice de pobreza multidimensional o al Índice de pobreza humana o al Índice de desarrollo humano, todos estos analizan la esperanza de vida, el acceso a la salud y el nivel de riqueza. No puede confesar el daño que le ha hecho a nuestra sociedad. Cualquiera de los índices demuestra la precariedad de la salud de la población, los problemas para conseguir alimentos, y la pérdida de nivel de vida de la sociedad en su conjunto. Todo en socialismo.

Sin entrar en el debate de si hay desigualdad buena o mala, de antemano, la desigualdad es mala como es malo empobrecer a todos para hacernos iguales. El exceso de pobres, de gente buscando comida en la basura, es característico del socialismo del siglo XXI, es consecuencia de que los pobres, ahora, son más infortunados que antes.

El libro de Walter Scheidel El gran nivelador (Editorial Planeta S. A., 2018), hace un análisis sobre las causas que ayudaron a disminuir el coeficiente de Gini en el transcurso de la historia; en otras palabras, a reducir la desigualdad de los ingresos en la sociedad o las diferencias de riqueza en la población. En el entendido de que a mayor desigualdad hay un menor consumo, por la caída del patrimonio de la clase media y por los desajustes que crea en la economía en general. A excepción de Maduro, a nadie se le ocurre pensar que hay que llevar a más personas a vivir en la pobreza para que seamos felices. A los envidiosos les remuerde lo que tiene el otro, y eso es pecado.

Este autor, de manera poética, les da otros nombres a los jinetes de los caballos del Apocalipsis de san Juan (Apocalipsis 6). A los caballos blanco, rojo, negro y pajizo (amarillento, crema, pálido o verdoso), que corresponden a conquista, matanza, carestía y muerte. A estos nuevos jinetes que disminuyen la desigualdad los llama guerra, revolución, quiebra y plagas. Su tesis es que la historia demuestra que la desigualdad se estrecha con una gran violencia y que la estabilidad genera riqueza, lo cual conduce a la desigualdad.

Uno de los jinetes de Scheidel se llama revolución, se refiere a verdaderas revoluciones como la comunista y la francesa, no la satrapía roja que en la práctica les ha cortado la cabeza a los otros ricos, no a los suyos; por eso es que ese jinete no se analiza en este artículo. Otro de los jinetes es la peste, a la que no hemos llegado todavía, estamos cerca, así lo afirma cualquier médico epidemiólogo. Tenemos tuberculosis, malaria, sida y muchas otras enfermedades contagiosas que se podrían controlar con una política de salud como las que se llevaban a cabo en la república civil.

Quiero destacar el tercer jinete de Scheidel, lo llama quiebra, siendo el nombre completo el de Estados fallidos y los derrumbamientos de sistemas. La idea que elabora en ese capítulo es que la disminución de las diferencias materiales también se puede dar por la destrucción del Estado. Los Estados que se derrumban han afectado la riqueza de las élites, de los corruptos, de los ricos en general; eliminan las jerarquías, las instituciones, la estabilidad y la seguridad de los ciudadanos.

La lógica del planteamiento es que la caída de los ricos disminuye la desigualdad. El conflicto entre las clases dominantes afecta la riqueza y perjudica el patrimonio. Es evidente que en Venezuela el valor en dólares de los inmuebles se ha depreciado, ahora los ricos con los mismos bienes son menos pudientes. La eliminación de fuentes de riqueza como las industrias, con el desempleo asociado, impide el crecimiento económico y aumenta la pobreza. Estamos ante un cataclismo social provocado por la destrucción de las fuentes de ingreso. La guerra económica del gobierno contra la población disminuye las diferencias materiales de la sociedad. Pase hambre, luego hablamos.

Los estratos superiores han sido afectados o se fueron del país, sin instituciones ni tribunales que los protejan de la depredación de la élite gobernante, con pocas oportunidades de defender su capital, primero hay que pensar en salvar la vida luego nos preocuparemos por los corotos.

El gobierno, actuando como una cleptocracia, es el problema, no hay mejora de las condiciones de vida, no hay bienestar social. El chavismo ha pisoteado las desigualdades con sus políticas, a costa de vidas, ahorros, salud, alimentos y tranquilidad.

No sé ustedes, yo prefiero la desigualdad en la riqueza que la igualdad en la pobreza. Maduro ha logrado que el coeficiente de Gini baje a costa del sufrimiento de la sociedad.

Salga a protestar, no se quede en su casa. No importa lo que diga Maduro y su Gini, somos más pobres por su culpa, y tenemos que hacérselo saber hoy, mañana y siempre.

@rangelrachadell


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