La frase la puso sobre la mesa el ex ministro Víctor Álvarez en el acto de presentación del documento Hacia una Venezuela Industrializada: La Ruta entregado en días pasados por Conindustria como una propuesta para la reindustrialización del país. La frase original es de Paul Valery, escritor francés fallecido a mediados del siglo XX. Aludiendo a las dificultades para interpretar un mundo cambiante, Valery ironizaba: “El problema de nuestros tiempos es que el futuro ya no es lo que solía ser” o «Lo malo de nuestro tiempo es que el futuro ya no es lo que era». Dicho por Víctor Álvarez la frase parecía expresar la necesidad de proponer para el futuro salidas diferentes a las que marcan el fracaso del presente. En otras palabras, el futuro puede ser distinto.

La propuesta de Conindustria responde a esa convergencia de realismo-optimismo. Se trata, en efecto, de un muy bien estudiado plan de desarrollo de políticas públicas para la reindustrialización del país y su recuperación económica. Así coincidieron en señalar los ex ministros Eglé Iturbe, Werner Corrales, Imelda Cisneros y el propio Álvarez. Desde su experiencia de gobierno cobran especial sentido sus observaciones sobre la urgencia de trabajar por la reindustrialización del país, el papel preponderante de la actividad privada para lograrlo y la detección en el sector industrial de una mayor disposición a pensar en políticas públicas y a participar en su definición y aplicación.

De la amplitud y diversidad de los temas desarrollados por Félix Gerardo Arellano, Maryolga Giran, Richard Obuchi, Humberto García Larralde, Francisco Javier Rodríguez y José María de Viana, integrantes del panel de especialistas convocados para el acto, no cabe sino concluir el enorme valor del documento Hacia una Venezuela Industrializada: La Ruta. Cuando la atención del ciudadano se concentra en el día a día y la preocupación del mundo político se disuelve entre escaramuzas y desacuerdos resulta de una importancia invalorable el que las bases del sector industrial y la organización que las agrupa ofrezcan al país un proyecto de reindustrialización, elemento fundamental para la recuperación económica de Venezuela.

El hecho de presentar un programa concienzudamente estudiado es no solo la manifestación de una actitud proactiva del sector privado sino un llamado al sector político para entender el valor de una cultura de asunción de responsabilidades recíprocas, de asociación, de unidad de esfuerzos para los mejores propósitos nacionales. El sector privado ha manifestado reiteradamente esa disposición, necesaria siempre pero más en momentos duros y complejos como los que vivimos.

La propuesta de políticas públicas presentada por los industriales al país destaca que “la recuperación productiva solo es posible bajo un marco legal e institucional que estimule el emprendimiento, depurado de trámites ineficientes, comprometido con la propiedad intelectual e industrial, claramente orientado a la innovación y la apertura comercial, capaz de llevar bienestar a trabajadores, clientes, proveedores y comunidad en general”. Entre las condiciones indispensables para lograrlo los especialistas acentúan la necesidad de ajustes imprescindibles como la unificación cambiaria, la liberación de precios y la eliminación de subsidios.

Conindustria propone qué hacer en temas tan importantes como la institucionalidad, la propiedad de las empresas y el rol del Estado, la atención a la infraestructura, el trípode innovación, tecnología y competitividad, la modernización de la legislación laboral, el financiamiento y las leyes tributarias, la educación y la capacitación. Desde una perspectiva de la presencia de Venezuela en el concierto internacional, la propuesta apunta al objetivo de buscar la reinserción del país en el comercio global a través de una política de fomento de las exportaciones, respeto del derecho de propiedad y de las reglas internacionales de intercambio.

Conindustria piensa que el futuro puede ser distinto. Su propuesta se orienta a lograrlo.

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