El 15 de febrero de 1819, van a cumplirse en menos de dos años dos siglos, Simón Bolívar se dirigía al Congreso Nacional reunido en Angostura por su propia convocatoria, en la ciudad que hoy re bautizada en su nombre conocemos como Ciudad Bolívar. “Señor. ¡Dichoso el ciudadano que bajo el escudo de las armas de su mando ha convocado la Soberanía Nacional para que ejerza su voluntad absoluta!” (Itinerario documental de Simón Bolívar. Ediciones de la Presidencia de la República de Venezuela. Caracas. Pág. 148).

Se nos presenta hoy en Venezuela un falso dilema, por la acción desesperada de intentar la huida hacia adelante de quienes representan el desconocimiento de la actual Constitución. Por ello, precisamente, ¡no hay tal dilema señores oficiales de los distintos componentes de nuestra Fuerza Armada Nacional! Incluso más allá de consideraciones de tipo político, o de conveniencias utilitarias sobre el cómo salir de la presente crisis, su deber insoslayable es plantearse como institución cuál es el camino correcto a tomar. Éste lo establece la propia Constitución. Seguirla les permitirá el cumplimiento de dicho deber institucional, y patriótico. Salir de la que realmente es una encrucijada mortal en  la que criminalmente se ha metido a la nación, y a ustedes; pudiéndoles finalmente convertir en verdugos o en salvadores, de acuerdo a su definitiva actuación, y para la historia.

El Título VIII, de nuestra actual Constitución, “De la Protección de esta Constitución, establece en su capítulo I, artículo 333, que toda ciudadana o ciudadano tiene el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia. Luego, en el Título IX “De la Reforma Constitucional”, en el capitulo III “De la Asamblea Nacional Constituyente”, el  347 deja sin lugar a controversias que: “El pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente originario”. El hecho  que el artículo 348 precise los posibles actores en la iniciativa de tal convocatoria, que incluyen al presidente o presidenta, no puede jamás sustraerle el derecho de activación definitiva de la misma al poder constituyente originario, es decir al propio pueblo de  Venezuela. Por tanto, ¡señores oficiales en ustedes está salvar a la República! y, “bajo el escudo de las armas”, pedir a la Asamblea Nacional que asuma el reordenamiento de los Poderes Públicos (Poder Judicial,Poder Moral, Poder Electoral), como también lo establece nuestra constitución.

En relación a los actuales magistrados de la Sala Constitucional, estos deberán poner sus cargos a la orden. Sus sentencias 155 del 27 de marzo, y 156 del 29 de marzo, de este 2017, constituyen el rompimiento del hilo constitucional con un golpe de Estado, con cuyo hilo roto no pueden “auto zurcir” el remiendo del gravísimo asunto, ni mediante artificio en el Consejo de Defensa de la Nación. Tampoco se les puede permitir que continúen violentando nuestra Constitución mediante absurdas e incompetentes interpretaciones, precisamente sobre un carácter autosuficiente de los actores establecidos en el artículo 348 para que pueden, por si mismos, convocar una Asamblea Nacional Constituyente, sin consultar en referéndum al soberano si así realmente lo quiere o no. Cuando perfectamente por ello se estableció en cada artículo por separado la diferencia entre iniciativa para solicitar el proceso (Art. 348), y poder definitivo para convocarla (art.347), que sabemos reside en el pueblo. Así también lo entiende, según públicamente lo declaró, la Fiscal General de la República. Igual sucede con toda ciudadana o ciudadano que con honestidad y sentido común, al simplemente leer la Constitución, o si se quiere al consultar a los académicos, concluye que dicha seudo sala Constitucional, interpretando de manera incorrecta, regresiva y absurda la Constitución Nacional le esta violando sus derechos.

Las recientes declaraciones del general Padrino López, luego de una reunión con los capellanes militares, llamándoles “guías espirituales”, nos podrían acercar al encuentro del camino correcto en la mencionada encrucijada. Así, una vez lo promovimos a través de nuestra iglesia católica y desde nuestra Fundación Venezuela Siglo XXI, con participación de un destacado oficial superior, para buscar los caminos del entendimiento y de la paz. Ese fue un esfuerzo que también cayó en oídos sordos e irresponsables que ojalá tengamos oportunidad de narrarles en un futuro. Hoy nuevamente, bajo la cruz de Cristo Redentor, podríamos iniciar el proceso de transición hacia un gobierno de Unidad Nacional. Regido por la Asamblea Nacional, y con integración y soporte de nuestra Fuerza Armada Nacional, superaríamos así, sin duda, las dolorosas y aciagas horas que vive nuestra Venezuela.

fundació[email protected]

Hoy anuncio a través de esta columna, gracias a la deferencia que me permite El Nacional, y desde la Fundación Venezuela siglo XXI que me honro en presidir actualmente, que como descendientes del precursor de la libertad o ¡el primer Libertador Francisco de Miranda!, como somos todos, hemos emprendido la tarea de preparar en honor a su memoria la “Cátedra Internacional de la Libertad”. Pretendemos  recoger luces de los principios de ese mundo en el que él habitó para, al ubicarnos en el actual, producir desde esa tensión reflexiva e interactiva, nueva luz a Venezuela y a nuestra América toda.

Como sabemos, el 14 de julio del pasado 2016 se cumplieron doscientos años del fallecimiento en prisión, en el fortín de “La Carraca”, Cádiz, España, del más augusto y el más internacional de los próceres venezolanos, nuestro Sebastian Francisco de Miranda Rodriguez; o sencillamente como se inmortalizó su nombre: ¡Francisco de Miranda!

Miranda nació en Caracas un 28 de marzo de 1750, como también en Caracas nacería Bolívar 33 años luego, en 1783. Dos generaciones de por medio en edad, y otras marcadas diferencias como el origen, o clase social, familiar, unido a las distintas experiencias vividas en su tiempo por cada uno de estos próceres, dieron el resultado trágico de la incomprensión y el desacuerdo, frente a la inevitable y temporal capitulación de Venezuela bajo el mando de Miranda, que termina con la entrega de éste, para el momento ya Generalísimo Francisco de Miranda, al enemigo español en la persona del General sin honor militar llamado Monteverde, y su corrompido Rey Fernando VII.

Pensando en aquellos acontecimientos y circunstancias históricas, junto  a la evolución que ha tenido Venezuela con el devenir de tan accidentadas trayectorias de sus hombres y mujeres patriotas de nuestra nacionalidad, hemos ideado la proyección y desarrollo de la que hemos denominado en su honor “Cátedra Internacional de la Libertad Francisco de Miranda”. Uniendo a los venezolanos y a los americanos todos, a través de estas dos grandes figuras históricas: Bolívar y Miranda, procuraremos sembrar conciencia ciudadana y rescatar con sus auténticos pensamientos y visiones la grandeza de nuestras naciones de América Latina y el Caribe junto a los Estados Unidos de Norteamérica, México y Canadá.

Abordaremos los temas de la actualidad de la America toda. Desde una perspectiva histórica se deberá asumir el debate mediante el análisis de los postulados que estos próceres enarbolaron en su lucha por la independencia, y la integración americana; para intentar asimilar las enseñanza que la historia nos entrega con su evolución. Desde sus distintas posiciones ¡claro!, pero en esencia teniendo el fin común de la libertad, el progreso socioeconómico y la consolidación de la región americana como zona de paz, la tarea sea hará analizando las problemáticas actuales, que derivando concepciones erróneas defoliantes de sus propias bases históricas será imprescindible superar.

En esta Cátedra innovaremos sobre el tratamiento o aproximación que daremos al debate de problemas globales como el de la pobreza, la inmigración, con el tema de los desplazados o refugiados, y el tráfico humano. La paz y la soberanía, junto a la integración territorial sub regional. La defensa de los territorios, el narcotráfico y las mafias de las finanzas internacionales del lavado, la corrupción y el contrabando de armas, sustancias prohibidas, etc. Como puede entenderse no es la idea realizar una cátedra de historia sino de políticas de Estado y contrastar si la realidad con la manipulación de la historia.                 

El estudio de los modelos de Estado existentes, sus conflictos o crisis en la actualidad, desde una perspectiva práctica de búsqueda de propuestas de armonización regional, para la modernización y el desarrollo de un nuevos modelos de cooperación internacional y fortalecimiento de las instituciones, tanto internacionales como nacionales, para el logro de mayor eficacia política en el tratamiento de las violaciones a los derechos humanos y democráticos de los pueblos de la región.

Si es su deseo participar en dicha cátedra por favor déjenoslo saber escribiéndonos a nuestro correo [email protected] para incorporarlo a esta apasionante empresa de reencuentro con nuestros orígenes, y reencontrarnos también así en la  construcción  de una unión necesaria en opinión de muchos americanos, para dar respuestas exitosas ante los desafíos de una región que clama por una nueva estrategia de integración y de cooperación internacional.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!