Los vientos de fronda han recreado diversos acontecimientos de carácter levantiscos en la historia. Se pudiera afirmar que la expresión procede de una serie de movimientos de insurrección ocurridos en Francia entre los años 1688 y 1653. Por ello la fronda no tiene nada que ver con la acepción asentada en la RAE y en otros diccionarios. En consecuencia podríamos afirmar que en Caracas, el 19 de abril de 1810, se sintieron vientos de fronda recurrentes hasta el 5 de julio de 1811. De allí en adelante reinó la cruenta guerra hasta la consolidación de la república en 1821 y 1830, producto de la batalla de Carabobo y de la Cosiata respectivamente. En la Rusia Zarista de 1917 los vientos de fronda presagiaron el final del Zar y del gobierno de transición presidido por Kerenski (1) en la llamada revolución de febrero del citado año. El colofón fue la instauración de Lenin y los bolcheviques, duradera hasta 1985 con la llamada perestroika, instaurada por Mikhail Gorvachov. En el ínterin se han producido en el resto del mundo infinidad de ramalazos muy parecidos al de aquellas ráfagas que derivaron en cambios político-sociales.

En julio de 2018 en Venezuela se perciben, con signos inequívocos, violentas tempestades contentivas de vientos huracanados que inexorablemente –más temprano que tarde– ocasionaran un reacomodo sustantivo de la situación económica, social y política que nos agobia. Esta premonición que me atrevo a hacerla pública  es producto de la “casi declaración formal de guerra” formulada contra Colombia. Hecha por un milico retirado de la milicia, aunque redomado militante activo de necedades conspicuas. El milico de marras, (sin haber aprobado el curso de Estado Mayor) alto preboste del gobierno, nos deleitó en una entrevista televisiva realizada por un redomado dinosaurio sobreviviente de tiempos idos, con detalles puntuales acerca de las eventuales operaciones bélicas a ser emprendidas por Maduro y su combo contra el vecino país.

Superado el temor a que me sea atribuido algún modo de tipicidad penal derivada de la “flamante ley contra el odio”; me permito escudriñar un poco en la parte sustantiva y operativa de la operación militar en ciernes. Primero, en otra declaración pública, afirmo que los aviones Sukhois 35 bombardearían los siete puentes del Río Magdalena, dejando a los colombianos partidos literalmente en dos trozos territoriales casi sin comunicación terrestre alguna. Con ello ratifica que efectivamente “paso por la Escuela Militarpero dicha escuela no paso por él”. El desaguisado lo concluyó en la entrevista a que nos hemos referido. En ella, casi exponiendo los planes operativos en una reunión entre académicos de la lengua, se explayó con el tipo de equipamiento militar venezolano comprado a Rusia en detrimento de la hambruna y falencia de diversas modalidades necesarias para la simple subsistencia que acogotan a los venezolanos. Los equipos de misiles ya ubicados en la zona fronteriza (con amplia difusión publicitaria del gobierno) formarían una especie de “escudo protector”, digno de “la Guerra de las Galaxias”. Que permitirían contrarrestar cualesquier ataque aéreo colombiano. Ni desde la atmósfera visible, pasando por la invisible y, la de vuelo rasante, para evadir la detección por radar. Luego, sentenciosamente concluyó que el escenario de la guerra sería exclusivamente efectuada en territorio granadino.

amaña estupidez no se le ocurrió al cabo Adolfo Hitler luego de haber firmado el pacto (Ribbentrop-Molotov) de no agresión con Stalin. Nuestros antepasados solían decir que “la lengua es castigo del cuerpo”. Solamente los necios y los mentecatos se pueden permitir hacer uso de esta reflexiva irresponsabilidad. Seguramente los planes de contingencia colombianos tienen previsto todo lo anunciado por el iracundo guerrero barinés –adornado con costosas prendas de Vuitton– en ciernes. El caso es que la provocación es emanada y producto de uno de los jefes del totalitarismo. ¡Guerreros y diplomáticos en mangas de camisa y con alpargatas acolchadas!

Es propicia la ocasión para reseñar una información de hace pocos días mediante la cual los diversos países caribeños debidamente organizados declaran la solidaridad con el gobierno guyanés ante la disputa territorial del Esequibo. No debemos olvidar tampoco que Fidel Castro, en la década de los sesenta, manifestó su plena solidaridad con Guyana (2). También nos endilgó el cognomento de practicar una conducta “expansionista”. Cháchara de comunismo desfasado y oportunista vertido sin pudor alguno ante el despojo territorial realizado por el Imperio Británico. El designado Miguel Díaz-Canel, (quien nos visitó recientemente) la sustenta de idéntica forma.

Ante la ofensiva diplomática y de diversos hechos puntuales cumplidos por Guyana; ni Chávez ni Maduro realizaron absolutamente nada. Los despojadores impertérritos han otorgado concesiones petroleras y mineras en el territorio en reclamo. Efectúan modalidades de presión a los compatriotas habitantes de la zona en reclamación… ¡y nada! … Llevaron el litigio al tribunal internacional que no es competente para dirimir la controversia. Además de que allí privan genuinos intereses en el orden geopolítico adversos, sin duda alguna, a los nuestros. Los guyaneses tienen la coherencia y determinación para la defensa de sus ilegítimos intereses de usurpación que los venezolanos –por ahora– no tenemos.

El asalta cantinas cuarteleras y fiel cultor de supina verborrea desenfrenada e incoherente no ha abierto la boca “ni para decir pío”. No sabemos si efectivamente cacarea como las gallinas, o canta como un gallo cuando llegue la hora de la verdad. Si los guyaneses otorgaron concesiones en el área en reclamación (marítima y terrestre) de manera unilateral; se podría pensar en la posibilidad de que los Sukhois sobrevuelen la zona y que fragatas de la marina naveguen en la costa atlántica derivada del Esequibo. ¡No estoy planteando declaración formal de guerra! Emito una opinión, a ser ponderada, ante los desafueros de Guyana. Algo parecido, acorde y ajustado al principio de “reciprocidad” establecido en el derecho internacional público. Estoy consciente que el gobierno está desesperado para desviar la atención –a como dé lugar– ante la aguda Crisis Nacional que nos afecta. También de las consecuencias que hubo de pagar Argentina en la llamada “Guerra de la Malvinas”. La misma, independientemente de la justeza de la acción, fue producto de los intereses subalternos y pragmáticos fríamente calculados por parte de los milicos de aquel país con la única intención de –recurriendo a un patrioterismo desfasado– seguir mangoneando.

Lo cierto es que padecemos de un gobierno incapaz e irresponsable. Nos mantiene sumidos en una hambruna sin precedentes. Con carencia plena e inocultable de todo tipo de insumos que permitan sobrellevar la vida de manera apropiada y discreta. En lo concerniente a la soberanía nacional la situación no deja de ser sumamente preocupante. La injerencia cubana en nuestro país debe ser detenida ipso facto. Nuestros historiadores nos han documentado de diversas maneras en que uno de los factores fundamentales en los inicios de la conspiración militar culminada el 18 de octubre de 1945, fue producto del vergonzoso tratado celebrado con Colombia al inicio de la década de los cuarenta. El que les cedió a los golosos vecinos una parte importante de territorio venezolano y de navegación casi exclusiva en los ríos limítrofes. En aquella época los militares tenían “chopos de piedra” en aire, tierra y mar. Ahora tenemos aviones de última generación, barcos y armamentos más sofisticados que solo sirven para engordar bolsillos “buchones” y montar sainetes burlescos en las fiestas patrias… ¿Quiénes son traidores a la patria?

Notas:

1.- Aleksandr Kerenski (04/05/1881-11/06/1970). Tuvo una vida longeva y falleció en la ciudad de New York. Fue una especie de estrella fugaz. No entendió a cabalidad el proceso histórico que confrontaba Rusia. Pretendió utilizar la “política de gabinete” en tiempos borrascosos. Tuvo el mismo destino que tendrán, sin duda, todos los politicastros afines.

2.- Ricardo Alarcón, canciller cubano para la época, dixit: “El reclamo venezolano es prueba de expansionismo y Guyana tiene pleno derecho a gozar de su entero territorio con plena libertad. Reiteramos nuestra solidaridad con Guyana y apoyamos su pleno derecho a poder desarrollar enteramente su territorio en todas sus regiones”. “…Cuba reitero su apoyo a Guyana en su diferendo fronterizo con Venezuela y acusó a esta última de reclamar algo que no le pertenece”.

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