La Industria 4.0, el Movimiento Maker y la Peer Production están marcando el comienzo de una nueva revolución industrial.

La Peer Production se trata de un modelo productivo descentralizado en el cual la tarea se divide en fragmentos de diversos tamaños (preferiblemente pequeños).

Estos fragmentos se distribuyen entre muchas personas que aceptan libremente los que más les convienen y luego se integran mediante un proceso lo más automatizado y ligero posible.

Esta alternativa productiva deslocalizada ha experimentado su auge con la aparición de los espacios de trabajo denominados Fab Labs.

Un Fab Lab (acrónimo del inglés Fabrication Laboratory) es un espacio de producción de objetos físicos a escala personal o local que agrupa máquinas controladas por computadoras.

Los Fab Labs son unos espacios de experimentación en el campo de la producción que se integran dentro de los contextos locales donde se ubican. Por lo tanto, hay una gran diversidad entre los objetivos, proyectos y realizaciones, modelos de negocio y articulaciones locales según cada Fab Lab.

El concepto de Fab Lab aparece a comienzos de los años 2000 en el Center for Bits and Atoms (CBA) del Massachussets Institute of Technology (MIT) bajo la dirección de Neil Gershenfeld. Nace de una colaboración en el seno del Media Lab del MIT entre el Grassroots Invention Group y el CBA; las investigaciones tratan sobre la relación entre el contenido de la información y su representación física y el empoderamiento de las comunidades gracias a una tecnología de base. En 2002, emergen los primeros Fab Labs en la India, Costa Rica, Noruega, Boston y Ghana, como unidades de producción a escala local.

En su mayor parte suelen estar formados por impresoras 3D, fresadoras, láseres e instrumental que permite fabricar (o imprimir) herramientas o componentes para desarrollar los productos.

Estos laboratorios se valen de las últimas tecnologías para poder desarrollar sus productos, de ahí que sea fuente de oro para emprendedores con ideas potenciales a desarrollar.

Originalmente pensado como plataformas de creación de prototipos para las empresas locales, los Fab Labs cada vez más están siendo adoptados por las escuelas como plataformas para el desarrollo de proyectos. Los usuarios aprenden mediante el diseño y la creación de objetos. Potenciados por la experiencia de hacer algo por sí mismos, aprenden y se enseñan los unos a los otros, generando un conocimiento profundo sobre las máquinas, los materiales y el proceso de diseño orientado a la invención e innovación. En los centros educativos, en lugar de depender de un plan de estudios fijo, el aprendizaje tiene lugar en un auténtico contexto de desarrollo en el que pueden llevar sus ideas a la realidad.

“Diseño paramétrico”, “fabricación digital”, “Internet de las Cosas”, “fabricación aditiva” son solo algunos de los conceptos que una vez dentro de estos talleres podemos escuchar asiduamente. Algunos surgen directamente de las posibilidades técnicas y específicas de sus maquinarias, pero otros se convierten en el germen de nuevas vías de investigación tecnológicas asumidas ya por muchas grandes empresas e inversores en todo tipo de campos y mercados. Por poner un ejemplo, como proyecto de tesis de fin de año, tres estudiantes de la U.E. Colegio Los Hipocampitos, en Carrizal, estado Miranda, diseñaron y fabricaron un prototipo de prótesis tipo férula para el dedo de la mano, manufacturándola en una impresora 3D (fabricación aditiva), en colaboración con el Fab Lab ArteLaserVzla (https://fablabs.io/labs/artelaservzla)..

Un papel muy importante en los Fab Labs lo tiene la formación. Ser parte de la red implica organizar y dictar cursos y talleres para que todos puedan conocer estas nuevas tecnologías y los programas de diseño y modelado 3D necesarios.

Los laboratorios de fabricación digital fomentan la fabricación personal, contribuyen a relocalizar la producción hacia la pequeña escala de lo local, prescindiendo de los servicios de transporte y aduanas, reduciendo costos de producción y fomentando la sostenibilidad en sus 3 vertientes, además de facilitar la solución de problemas reales a las personas en su día a día permitiendo crear cosas que no existe en un contexto productivo global.

Es impresionante la potencia que procede del valor de su red, existiendo una red internacional de Fab Labs que actualmente supera los 1.200 laboratorios y que está accesible en la web fablabs.io.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!