Dominar en qué consisten y cómo pueden ayudar las distintas estrategias de aprendizaje es determinante tanto para los docentes como para los alumnos, pues estas facilitarán el máximo aprovechamiento de las mismas, cuando toque impartir o asimilar nuevos conocimientos. Aprender es un proceso que permite ampliar nociones relacionadas con un tópico determinado.
Las estrategias de aprendizaje son un conjunto de acciones, medidas o recursos utilizados de forma consciente con el fin de encaminar de manera reflexiva ciertos propósitos que se desean alcanzar, en cuanto al desarrollo del conocimiento. Lo que es lo mismo, guían, orientan y ayudan al estudiante a encontrar la forma más acertada y efectiva de aprender.
Al docente le inquieta y le concierne lograr que todos los alumnos aprendan al máximo, no obstante, es importante encontrar un equilibrio entre cantidad y calidad. Sin embargo, la efectividad se verá influida por las capacidades, el entorno familiar, la realidad circundante, la motivación, las nociones previas, entre otros factores.
Algunas de las estrategias recomendadas sugieren el ensayo como una forma de facilitar el análisis del contenido, bien sea de manera escrita o hablada. Es una vía efectiva para fomentar la repetición con base en el recordatorio, mediante la lectura en voz alta o tomando apuntes.
También se aconseja la elaboración como estrategia para recrear sobre la base de lo ya conocido y lo nuevo, planteando una relación entre ambos contenidos, a través de respuestas a preguntas enunciadas, buscando sinónimos, elaborando resúmenes, y así se le exige a la memoria que realice un esfuerzo. Esto es excelente para su ejercitación.
Por otro lado, las estrategias de organización permiten recolectar la información y agruparla para que sea más fácil estudiar y entender ese contenido realizando subrayados, esquemas, resúmenes de textos, lo cual genera un aprendizaje más duradero y permanente.
Las estrategias de apoyo contribuyen con el mejoramiento de las condiciones que puedan presentarse en el entorno, a través de la motivación, la atención, la concentración, la distribución adecuada del tiempo de estudios, entre otros factores, para que el docente pueda ayudar al alumno a cumplir con sus objetivos de aprendizaje.
Está comprobado que las estrategias de aprendizaje influyen de manera categórica en los resultados cuando se trata de asimilar nuevos conocimientos. No obstante, el esfuerzo que dedique el alumno, aunado a la constancia que demuestre el docente, permitirán que este proceso sea adecuado, para así lograr exitosamente las metas finales.