Ustedes que persiguieron, encarcelaron y asesinaron durante años impunemente, hoy son observados por el mundo. Cada paso que dan tiene repercusiones y por primera vez en dos décadas hay un enorme consenso internacional sobre el origen del drama venezolano: una dictadura pura y dura que se aferra al poder gracias a una cúpula militar. Miren a su alrededor, hasta sus familias sienten vergüenza de ustedes, sus hijos esconden sus apellidos, sus esposas han perdido sus amistades. Viven aislados en la propia cárcel de 916.445 kilómetros cuadrados en la que convirtieron a Venezuela.

Es cierto, todavía pueden ir a Turquía y Rusia, pero no son esos los países que ustedes quisieran visitar. También pudieran ir a Cuba y a Nicaragua, pero estoy seguro de que les agradaría menos la idea. Ya quisieran poder gastarse todo lo robado en Europa, en los Estados Unidos, viajar y ser libres sin que el Departamento del Tesoro los persiga. Sin miedo a la DEA. Pero esa fue la vida que escogieron y todo por alargar un poco más la agonía de un régimen que, como lo saben bien, está moribundo. Es que hasta torpes son, pareciera que tuvieran vocación suicida. Siguiendo directrices cubanas deciden seguir adelante, obviamente a ellos no les importa su futuro, ni a los chinos, ni a los rusos, mientras sus intereses sigan protegidos son capaces hasta de negociar sus propias cabezas.

Piensen un poco en ustedes, en estos momentos se trata de ser individualistas, el presidente Juan Guaidó les ha ofrecido hasta una amnistía. Imaginen, perdonarlos a pesar del tremendo prontuario que tienen y aun así no terminan de dar el paso hacia adelante; no sigan deshojando la margarita, sus hijos los esperan afuera y quizás puedan rehacer sus vidas dejando libres a los venezolanos para reconstruir las suyas.

Tienen el sol en la espalda y cuando eso pasa hay poco o nada que se pueda hacer. Sé que muchos de ustedes se lo deben estar pensando, yo diría la mayoría. No dejen que unos pocos los sacrifiquen a todos. Están a tiempo y miren que tiempo es lo menos que les sobra. La hora de la libertad ha llegado y no pueden seguir tratando de impedir lo inevitable. Su accionar de los últimos días da a entender que al menos comprenden en qué momento se encuentran, que no pueden dar pasos en falso porque el mundo los observa. Una invitación más que una orden: Entréguense, están rodeados.

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@Brianfincheltub


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