La “verdad verdadera” es que el sistema económico venezolano está colapsado, a la par de los daños colaterales infringidos sobre la estructura de valores y la base institucional: sin autocrítica y rectificación el “estado de excepción” y el “proceso constituyente” agravarán la situación. Se vive una realidad caracterizada por el incumplimiento de las responsabilidades, el irrespeto a la norma, su interpretación a conveniencia o el realizar y aceptar acuerdos contrarios a los intereses éticos de una comunidad u organización.

Mucho más allá de las marchas y contramarchas, los actores políticos y sociales y, principalmente los que ocupan responsabilidades de gestión institucional (dejando a un lado las diferencias que puedan existir), están en la obligación de aprovechar toda oportunidad y escenario para contribuir al restablecimiento o consolidación del orden, así como a la orientación y solución de los problemas nacionales y locales. Además, a pesar del alto costo social, político y electoral que pueda representar, también tienen el deber de explicarles al pueblo venezolano, que la única manera de salvar al “Titanic”, no solamente es cambiar al que “navega”, sino que es fundamental redirigir el “rumbo de navegación”.

Importante comentar que la cultura del orden que se referencia tiene como misión rectora alcanzar el bien personal y grupal, por ende, exige el valor de colocar cada cosa en el lugar que le corresponde, sin vulnerar los derechos humanos de nadie, y cumpliendo con las premisas normativas: “obedecer, observar y ejecutar”. Por tanto, el orden, considerado como exigencia, respeto, generosidad, cortesía, etc., es la condición básica para lograr la relación de armonía o reconciliación entre los integrantes de una nación, es decir la “paz”. Agregando  el apotegema: “el respeto al derecho ajeno es la paz.”Benito Juárez (1806-1872).

Por ende, resulta errado que el pensamiento, verbo y acción de un individuo o grupo que lo identifica quiera imponer a través de la fuerza, la amenaza, el odio, el temor, la desconfianza o el chantaje, sus posiciones ideológicas o doctrinarias al resto de la sociedad, y en el caso de no aceptarlas ser menospreciada, humillada y violentada en su propia dignidad. No se entiende el empeño en complicar la existencia; si lo moral, lo ético, lo esencial está basado en respetar y hacer prevalecer el modo de pensar y actuar de toda persona o núcleo social. Incluso parafraseando a Frank Sinatra (1915-1998), vivir “a mi manera” es una vía hacia la paz interior, caracterizada por principios y valores que sustentan una forma de ser y actuar, además consolidada cuando es respetada por “propios y extraños”. (a)

El que quiera mantener una posición independiente o pertenecer a un sector político u otro está en su derecho, pero inaceptable que cualquiera de ellos pretenda implantar sus criterios o procedimientos(en la mayoría de los casos inconstitucionales), pero que en la realidad del venezolano se traduce en una condena a vivir en un régimen político y económico que no le satisface, dado que es contrario al servicio verdadero de las comunidades y a la real libertad que “no es otra cosa que aquello que la sociedad tiene el derecho de hacer y el Estado no tiene el derecho de impedir.”Benjamin Constant (1767-1830).

(a) Testimonio Sra. Díaz: el rezo estuvo muy interesante; al principio se quejaron de la situación del país, sacaron sus temores y asustaron al que estaba más tranquilo, y de pronto corté toda la conversación con un “Ave María”. Iniciamos el rosario, pero en el ofrecimiento volvieron con las quejas, luego cuando me tocó a mí, agradecí a la Virgen por estar con nosotros y le pedí protección para todos nuestros hogares y que alejara todo mal y peligro. Allí se tranquilizaron y seguimos rezando con paz y tranquilidad. Terminamos con la lectura del evangelio de ayer que inicia diciendo: “pidan a Dios en mi nombre y todo les será dado”.

Testimonio Sr. González: observo que ambas fuerzas que se quieren imponer en Venezuela son igualmente “excluyentes y selectivas”.

Testimonio Sr. Moreno (1911-1993): confundieron los términos: en lugar de “amaos los unos con los otros”,  lo que han hecho y hacen es “armaos los unos contra los otros”.

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