Nancy Patricia D’Alessandro Pelosi, mejor conocida como Nancy Pelosi, es una política norteamericana del Partido Demócrata que acaba de ganar, nuevamente, la presidencia de la Cámara de Representantes.

El hecho es absolutamente relevante por tres puntos. En primer lugar, por el «modo Trump» de hacer las cosas. En segundo lugar, por la predicción que en 2017 hizo el profesor de historia Allan Lichtman: Donald Trump sería enjuiciado políticamente. En tercer lugar, porque los procesos de juicio político se inician en la Cámara de Representantes, donde ahora los demócratas tienen la presidencia y la mayoría.

Sobre el modo Trump de hacer las cosas hay más que abundantes ejemplos. El más reciente tiene que ver con sus declaraciones sobre el cierre administrativo del gobierno norteamericano, palabras más, palabras menos: «Podemos estar cerrados meses e incluso años». El cierre tiene sus consecuencias y, por cierto, una de ellas favorece a Trump en los procesos legales que tiene abiertos en su contra.

Allan Lichtman, por su parte, además de ser un distinguido profesor de historia en la American University, en Washington, distrito de Columbia, es famoso por dos libros publicados con 21 años de diferencia. El primero en 1996, titulado The Keys to the White House (Madison Books), algo así como Las claves para llegar a la Casa Blanca. El segundo en 2017, titulado The case for the impeachment (Dey Street Books), que puede ser traducido como Argumentos para la acusación.

El primer libro consiste en un modelo de 13 factores o claves, «keys» en idioma inglés, creado con el matemático de origen ruso Vladimir Isaacovich Keilis-Borok, utilizando una técnica conocida como “reconocimiento de patrones”, y cuyo objetivo es predecir si la parte titular retendrá la Casa Blanca o no. Para 7 de las 9 elecciones presidenciales de Estados Unidos de 1984 a 2016, la predicción fue precisa tanto para el ganador del voto popular como para el ganador del voto en el colegio electoral. Para 8 de los 9, la predicción fue precisa para el ganador real. En 2016 predijo la victoria para el nominado en el partido de retadores, Donald Trump. Si bien la nominada del partido titular, Hillary Clinton, ganó el voto popular, Donald Trump ganó el colegio electoral. Antes de la publicación del libro en 1996, Lichtman y Keilis-Borok habían dado a conocer su trabajo en 1981, en un artículo corto de apenas 5 páginas, titulado “Pattern recognition applied to presidential elections in the United States, 1860-1980: role of integral social, economic, and political traits” (Proc. Natd Acad. Sci. USA, Vol. 78, No. 11, pp. 7230-7234, November 1981, Political Science).

A pesar de las exitosas predicciones del modelo, durante las entrevistas con The Washington Post en septiembre y finales de octubre de 2016, Lichtman afirmó que Trump es un candidato tan inusual que, incluso si las claves apuntan a una victoria republicana, podrían estar equivocadas dada tal circunstancia.

El segundo libro, publicado en abril de 2017, presenta múltiples argumentos para la acusación y juicio político de Donald Trump. En una entrevista para CNN con Andrés Oppenheimer, realizada el 20 de noviembre de 2016, Lichtman explicó las razones que lo hacen pensar que el presidente electo enfrentará un juicio político, aunque se trate de un escenario muy difícil.

En palabras de Lichtman: «A diferencia de mi pronóstico de que ganaría Trump, que se basó en un análisis científico, mi predicción de que le harán un juicio político está basado en la intuición, en la especulación, pero hay dos razones por las que no creo que sea una predicción tan aventurada».

«En primer lugar, Trump ha jugado muy a la ligera con la ley; ha manejado su organización de caridad ilegalmente, ha usado dinero de caridad para comprarse cuadros de él mismo, ha usado esa caridad para pagar deudas propias; rompió, violó el embargo comercial a Cuba, cuando eso era un crimen muy serio; enfrenta cargos civiles por el tema de la Universidad Trump; una decena de mujeres lo han acusado de haberlas abusado sexualmente, y una o más de esas mujeres podrían demandarlo; si les entrega sus negocios a sus hijos y les da acceso a información clasificada, eso generará un mar de conflictos de intereses. Esas son algunas cosas que pueden llevarlo a un juicio político».

Adicionalmente, en la entrevista con Oppenheimer, Lichtman subrayó lo impredecible que es Trump para los republicanos, quienes estarían interesados en poner al mando al vicepresidente electo, Mike Pence: «Recordemos que Trump es un cañón suelto, es impredecible y no controlable. Los republicanos aman el control, están preocupados por Trump y quieren a Pence porque es predecible. De manera que, aunque un juicio político es muy difícil y solo ha ocurrido dos veces en nuestra historia, puede convertirse en una realidad en el gobierno de Trump».

Aquí es donde entra Pelosi. En una entrevista que le hicieron el pasado 3 de enero, en el programa Today de la cadena NBC, Pelosi hizo dos afirmaciones sobre el posible juicio político. La primera: «Tendremos que esperar y ver lo que viene», en clara referencia a las investigaciones en curso. Seguidamente la segunda: «No deberíamos acusar por una razón política, y no debemos evitar la acusación por una razón política» (We shouldn’t be impeaching for a political reason, and we shouldn’t avoid impeachment for a political reason). Algo así como aquella famosa frase de “ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario”, pero, indudablemente, afirmaciones revestidas de cautela e incluso de responsabilidad: Pelosi conoce que está dentro de su ámbito de control el “cómo” pasará a la historia.

Por lo pronto, tanto allá en Estados Unidos de América, como aquí en nuestra destruida Venezuela, 2019 promete ser, como mínimo, un año interesante.

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