En Venezuela no hay área de la salud en la cual no se enciendan las alertas epidemiológicas y sanitarias. Para comenzar, como siempre lo hemos reiterado, no hay sistema de salud público en nuestro país, las enfermedades están a la orden del día y lo más alarmante es que no hay capacidad para la atención del ciudadano que tenga la calamidad de adquirir alguna afección que pueda mermar su salud.

Esta situación nos obliga a ser retóricos en nuestros mensajes, ya que lo hemos repetido incansablemente en muchas oportunidades por esta vía. El colapso de los servicios públicos se ha sumado a esta grave crisis, lo que está causando un gran impacto en la calidad de vida de la mayoría de los venezolanos.

Quisiéramos destacar, en este orden de ideas, lo que acontece con la crisis de agua a escala nacional, la cual no solo se centra en la escasez, sino en la mala calidad de la misma, hasta tal punto que se considera como uno de los tantos problemas de salud pública que prevalecen en el distrito capital, pero mucho más grave en regiones del interior, no solo en áreas rurales; también en las grandes ciudades, ningún área del territorio nacional se salva.

El agua es fundamental para todos los seres humanos y para toda forma de vida en el planeta, y la gran importancia de esto se reflejó en una declaración emitida por parte de la Organización de la Naciones Unidas en el mes de julio de 2010, la cual decidió que el acceso al agua potable y el saneamiento es un derecho humano fundamental, esencial para el pleno disfrute de la vida, y que debe ser garantizado a toda la población. Sin embargo, a pesar de esta declaración, esto no se cumple en muchos países del mundo, ya que hay poblaciones a escala mundial que no tienen acceso a este líquido vital, la Organización Mundial de la Salud calculó que aproximadamente 2.000 millones de personas en el mundo no tienen la garantía de acceso al agua potable. No obstante, en esta Venezuela secuestrada por una minoría usurpadora e ilegal que se niega a abandonar el poder, lamentablemente quizás la situación es mucho peor que en otras latitudes.

La crisis del agua en Venezuela es actualmente un grave problema de salud pública. El riesgo de contraer enfermedades por la escasez y la mala calidad del agua es altísimo y esto ya forma parte de la emergencia humanitaria compleja por la que atravesamos. La escasez de este vital líquido está presente en la mayoría de los hogares venezolanos, incluso pasan meses sin tener acceso al agua potable; se aplica un racionamiento a través del cual la mayoría de los venezolanos tiene que administrar y sortear su tiempo para aprovechar los pocos momentos de que dispone del suministro de agua. Las poblaciones rurales e indígenas están muy afectadas, en estas últimas incide el riesgo de la contaminación del agua por agentes químicos como el mercurio.

Una de las enfermedades que está prevaleciendo por esta escasez, y sobre todo en los sectores más necesitados, es la escabiosis o sarna, en la que además influyen el hacinamiento y el acumulo de basura. Vemos con asombro la mala calidad del agua que está llegando a todos los sectores, un agua no transparente y provista de un mal olor, no apta para el consumo. Esto ha causado el repunte de enfermedades como las diarreas agudas, sobre todo en los niños, otras enfermedades gastrointestinales como la amibiasis, diarreas causadas por un agente viral como es el rotavirus en los niños y que es prevenible por vacuna, de paso dicha vacuna está muy escasa en Venezuela.

Hay una enfermedad que está causando una alerta epidemiológica en estos momentos como es la hepatitis viral de tipo A, una afección que se transmite por vía fecal-oral, por consumo de agua no potable o por alimentos contaminados, incluso se han reportado fallecimientos de pacientes por hepatitis A fulminante, con daño hepático severo, complicación no frecuente pero que se puede presentar. Dicha enfermedad también se puede prevenir por vacuna, la cual no se dispone en el país y, por supuesto, ocasiona más inseguridad y riesgo en la salud, con énfasis en la población infantil.

Quisiera resaltar la escasez y la mala calidad del agua que está llegando a los hospitales, y que está incidiendo de manera dramática en la grave crisis hospitalaria; los ejemplos más reseñados son el Hospital Universitario de Caracas y el J. M. de los Ríos, pero la mayoría de los centros de salud no se salvan de esta tragedia sanitaria.

Para concluir, expertos consideran incluso la necesidad de decretar la emergencia hídrica en Venezuela, nuestro querido país, el cual este grupo de “gobernantes” inescrupulosos, corruptos, mediocres e irresponsables han convertido tristemente en primitivo, en donde las necesidades básicas y los derechos más fundamentales brillan por su ausencia.


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