Tal vez el peor enemigo que tiene la oposición venezolana en el foro internacional se llama Podemos, un enemigo que ha ido creciendo exponencialmente hasta participar hoy en día en el gobierno de una de las más importantes naciones europeas, que controla los principales medios de comunicación de ese país y que ha puesto en jaque su forma de gobierno y sus instituciones más representativas, como la monarquía y la misma unidad político territorial.

Aunque Carl Schmitt fue un enemigo declarado del liberalismo, entendió, sin embargo, que así como en la moral hay una clara oposición entre el bien y el mal, y en la estética entre lo bello y lo feo, en la política es preciso distinguir claramente entre los que constituyen nuestros amigos y aquellos que se erigen en nuestros enemigos. Por lo menos en esto no parece haberse equivocado nuestro politólogo teutón, auspiciador del decisionismo y el Estado totalitario. Es fundamental saber quiénes nos acompañan en nuestra lucha y quiénes nos adversan para ajustar nuestro accionar político a ello; y el principal enemigo de un pueblo que pasa hambre y escasez, y al cual se le violan constantemente todos sus derechos fundamentales, como es el venezolano, no es ya la antigualla castrista –para quien el gobierno venezolano, ahora sin dinero, representa una rémora en su relación con los americanos–, sino este grupo de mozalbetes acomodados que irrumpieron en la política española a raíz de un 15 de mayo de 2011 (el famoso 15M). Esos, que en un principio fueron parte del movimiento que se denominó “indignados”, se han convertido en enemigos declarados de todos los que nos oponemos al régimen imperante en Venezuela, apoyando descaradamente los desafueros que se practican en esta tierra en nombre de una supuesta revolución socialista y haciendo declaraciones a su favor en la prensa internacional.

Desgraciadamente, el centenario PSOE, que una vez, en la época del dictador Franco y estando en la clandestinidad, recibió ayuda de los partidos democráticos venezolanos, en estos momentos se ha dejado seducir por la posición de estos jóvenes –quienes fueron financiados por nuestro sagaz teniente coronel en su aventura política– y secundan su increíble punto de vista sobre la tragedia venezolana. En este sentido, hay que señalar que en días pasados los diputados de Ciudadanos y del PP presentaron al Congreso español una proposición no de ley (PNL) para que el gobierno condenara la dictadura venezolana y aplicara un régimen temporal de protección a los venezolanos que llegaran a suelo español, entre otras cosas, debido a la dificultad que tienen estos de conseguir documentos oficiales para legalizar su situación. Pues bien, para sorpresa de muchos, el grupo del PSOE se abstuvo y Podemos votó en contra.

Conviene no olvidar nada de esto.


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