Con ocasión de la celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia (11 de febrero), me gustaría dedicar mi artículo del mes a resaltar el invaluable papel que ha desempeñado la mujer en el desarrollo de la ciencia y la tecnología del mundo moderno.

Aunque actualmente es ampliamente reconocido y cada vez con mayor fuerza el rol de la mujer en la ciencia, no siempre fue así. La participación de la mujer en la ciencia ha sido y es todavía un tema sensible y controversial en muchos países, pues el Estado en la mayoría de las naciones está constituido desde una visión aún androcéntrica y patriarcal.

A pesar de las dificultades, la mujer se ha abierto campo en un mundo erguido y manejado por hombres. Desde la antigua Grecia hasta la actualidad, la mujer a pulso propio ha roto las barreras retrógradas de una sociedad machista; pudiendo brillar incluso más que muchos hombres y sin la necesidad de minorizar a ninguno de ellos. No pudiéndose contar lo contrario de su contraparte masculina.

A lo largo de la historia, la percepción de la mujer y el acceso al conocimiento por parte de estas han estado marcados por posiciones realmente misóginas y seriamente criticadas. Una de estas es el decreto de la Universidad de Bologna de 1377:

“Ya que la mujer es la razón primera del pecado, el arma del demonio, la causa de la expulsión del hombre del paraíso y de la destrucción de la antigua ley, y ya que en consecuencia hay que evitar todo comercio con ella, defendemos y prohibimos expresamente que cualquiera se permita introducir una mujer, cualquiera que ella sea, aunque sea la más honesta en esta universidad»

Para los científicos no existe mayor prestigio posible que el de ganar un premio Nobel. No obstante, la historia ha demostrado que el Nobel –al criterio de quien suscribe estas líneas– es una entidad no voy a decir que machista, pero de cuestionable igualdad de género. Y es que desde 1901 hasta la pasada edición de 2017 se han entregado 844 premios a hombres y solo a 48 mujeres. De este total, para las ciencias han sido solo 4 para el área de química, 2 para física y 12 para medicina y fisiología. A todo esto se suman casos como el de Jocelyn Bell Burnell, quien fue ignorada por la organización y el premio fue otorgado a su tutor Hewish y al astrónomo Martin Ryle, a pesar de que Jocelyn, siendo estudiante de doctorado, había descubierto y convencido a su propio jefe de la observación de pulsares (tipo de estrella que emite radiación muy intensa en períodos cortos y regulares).

A pesar de las dificultades, la desigualdad de géneros se ha reducido paulatinamente desde entonces hasta nuestros días. No obstante, todavía existen barreras para el acceso, desarrollo profesional e incluso la valoración per se del trabajo realizado por la mujer en los sectores de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática. El papel de la mujer en el aporte científico y tecnológico ha sido sistemáticamente olvidado y en parte gracias también a la misma sociedad, quien se ha mantenido muy pasiva ante las desigualdades, pero esto está cambiando.

Los números. A pesar de que en el mundo se muestra que la mujer sigue subrepresentada, los datos según la Unesco1 delinean un incremento generalizado por regiones de la participación de la mujer en los procesos investigativos. Actualmente, solo 29% de los investigadores de todo el mundo son mujeres.

La probabilidad de que las estudiantes de licenciatura terminen la carrera  es de 18%, mientras que una maestría es de 8% y un doctorado solo es 2%.

                                                

Participación porcentual de la mujer en procesos investigativo por región

Fuente Unesco, actualización enero de 2017

A nivel latinoamericano los números son más favorables. Venezuela se encuentra entre los países con mayor igualdad de género de la región y del mundo, antecedido solo por Bolivia. La mujer venezolana ha incursionado en la vida científica de manera imparable, dominando todos los campos del conocimiento sin timidez alguna.

Participación porcentual de la mujer en procesos investigativos en Latinoamérica

Fuente Unesco, actualización enero de 2017

No solo son bellas. La mujer venezolana no solo se ha destacado por ser una de las más hermosas del mundo con 7 coronas de Miss Universo, sino también de una inteligencia desbordante. Entre algunas de las mujeres venezolanas más reconocidas por su trayectoria investigativa podemos mencionar:

Gloria Teresa Mercader de Villegas, médico cirujano egresada de la Universidad Central de Venezuela, realizó un posgrado en el Children’s Medical Center de la Universidad de Harvard, Boston. Posteriormente realizó su doctorado en el IVIC, especializándose en Microscopia Electrónica de Alta Resolución. Es, además, miembro fundador del IVIC, así como miembro de la Academia de Ciencias de América Latina y de la Academia de Ciencias para el Mundo en Desarrollo.

Gioconda Cunto, mujer de talante e incansable valor, egresada por la UCV de licenciada en Química, obtuvo su doctorado en Bioquímica en la Universidad Heriot-Watt, especializándose en bioquímica y biología molecular del dimorfismo y patogenicidad de hongos. Actualmente se desempeña como directora de Ciencia y Tecnología de la Gobernación del estado Miranda y es investigadora emérita del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas. Es la primera mujer en ser incorporada como individuo de número  de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela (Sillón XX) y actualmente ostenta la presidencia de la institución, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese cargo. Con más de 200 artículos indexados y más de 2.400 citas, Gioconda es un referente actual de la ciencia y de la elevadísima academia venezolana.

Mayly Sánchez es egresada de la Universidad de los Andes de licenciada en Fisica, realizó un diplomado en Física Teórica en Trieste, Italia, y un doctorado en la Universidad de Tuft, Estados Unidos. Fue investigadora posdoctoral en Harvard y actualmente es profesora asociada en la Universidad Estadal de Iowa. En 2012 se convirtió en unas de las pocas latinoamericanas y primera venezolana en recibir de manos del propio Barack Obama el premio Pecase, la mayor condecoración entregada por el gobierno de Estados Unidos a científicos en el comienzo de su carrera científica. En 2013 fue nombrada por la BBC como una de las mujeres científicas más influyentes de la actualidad.

La lista de científicas venezolanas es tan grande que para culminar necesitaría mucho tiempo y poco descanso. La verdad es que todas estas mujeres son tan brillantes profesionales como personas, pudiendo compaginar su vida académica con la personal, muy lejos de los estereotipos a los cuales estamos acostumbrados en pensar cuando hablamos de científicos.

Con el pasar de los años la ciencia se ha convertido en una disciplina cada vez más atractiva para las mujeres, demostrando que la ciencia no conoce de sexos. El reto es poder inspirar a más jóvenes y en esto los científicos tenemos una gran responsabilidad. Romper los estereotipos formados sobre la ciencia y la mujer, así como contribuir al despertar, cautivar y formar las próximas Gioconda, Mayly, Gloria y muchas otras más, es quizás el mayor desafío que tenemos por delante. Para esto se necesita comprender que los científicos no solo nacen, sino también se hacen. Por tanto, articular políticas públicas que incentiven la participación de la mujer en la ciencia, así como los principios de igualdad, es fundamental para el desarrollo científico de la mujer.

A todas ellas, mil gracias.

Referencia

1 http://uis.unesco.org/apps/visualisations/women-in-science/#overview


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