Desde hace años los venezolanos luchamos por una salida democrática para la actual crisis que vive nuestro país, lucha que nos ha costado no solo varias decenas de vidas, sino también miles de encarcelados y millones de exiliados. Con una paciencia infinita y que algunos han tildado de “civismo extremo”, hemos apostado al ejercicio del voto como una oportunidad fundamental para lograr un cambio pacífico y constitucional. Pero el hecho de que el voto sea el instrumento fundamental de las grandes mayorías no significa que sea el único mecanismo de lucha, sobre todo cuando en la Venezuela de hoy votar no significa elegir.

Si algo entendió la dictadura al volverse impopular fue el peligro que significaba para su permanencia en el poder permitirle a la gente expresarse en libertad. En Venezuela se han hecho miles de protestas en veinte años, pero la más grande y masiva la hicimos en las urnas electorales en diciembre de 2015, cuando millones elegimos un nuevo Parlamento con una mayoría opositora sin precedentes en la historia legislativa de nuestro país. En poco tiempo el régimen no solo se encargó de darle un sabor amargo a nuestra victoria, sino también inició un plan macabro para sepultar el voto libre de los venezolanos, ya moribundo desde hace mucho tiempo.

Hoy votar es como ir al restaurante que habitualmente frecuentabas y encontrar que los nuevos dueños  han restringido el derecho de admisión a unos pocos, han cambiado la mesa donde siempre comías y de paso eligen lo que vas a comer, cuando antes podías hacerlo tú mismo. Tú puedes aceptar de seguir yendo, pero como quien se humilla una vez es humillado para siempre.

Lo que quizás no sabe la dictadura es que más peligroso para ellos que la existencia del sufragio es cerrarle a la gente cualquier posibilidad de expresarse. Exigir el respeto de este derecho no solo representa una oportunidad de cambio, como es entendido en la mayoría de los países normales con necesidades básicas cubiertas; aquí salir de la dictadura significa simplemente salvar nuestra vida y la de los nuestros.

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@Brianfincheltub


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