Desde el año 2013 el formidable imperio comunicacional británico conocido como la BBC escoge cada año a las cien mujeres más influyentes del orbe. Como si hablásemos de una gruta bendita emergen personalidades que desde diversos ámbitos construyen un mejor planeta. Son historias paradigmáticas que forjan experiencias maravillosas que ahora se muestran con el impulso del poderoso monstruo mediático. Nuestra nación aporta dos historias de esfuerzo permanente que hoy son reconocidas. María Corina Machado es un emblema de la lucha venezolana. Su enorme sacrificio en la defensa de la libertad nacional es como un faro en medio de la traición y la mezquindad, mientras los adversarios se arremolinan para vociferar majaderías en la búsqueda de su quiebre, ella se yergue incólume sobre los peñascos para proseguir una ruta que no la aparta del sueño trazado. Está llena de una autenticidad que exuda compromiso. Todos saben que jamás traicionará a una nación que la ubica como una referencia indispensable para recomponer este rompecabezas de locos que es la actualidad venezolana. Cada día una nueva geografía en donde cruza realidades de venezolanos viviendo en condiciones patéticas, siempre transmitiendo un mensaje de optimismo que se impone al reino de la incertidumbre. Mujer inquebrantable con un espíritu democrático incuestionable. Tiene la piel curtida de una nación que le impulsa a seguir bregando con más aliento.
Su compañera en el universal homenaje es la periodista Valentina Quintero, quien nos ha mostrado al país con su proverbial estilo. Desde sus espacios hemos descubierto nuestras impresionantes bellezas naturales como carta de presentación de una realidad que requiere mayor impulso, además de conocer personajes de la Venezuela profunda que con sus armas luchan por llevar alegrías a todos. Su trabajo de difusión es motivo de inspiración para nuevas generaciones que incursionan en este tipo de actividad. Con ella la nación aprendió a redescubrirse en las exuberancias heredadas, en los rostros maravillosos de nuestros pueblos que abren sus brazos para reencontrarse con sus entrañas de lucha. En más de una oportunidad ha denunciado nuestros desastres ecológicos llamándonos a la conciencia.
Dos mujeres que son ejemplos de una vida honesta que es reconocida. En medio de la tormenta de las pasiones desaforadas, ellas tienen la solidez de aquellas que tienen la paz de luchar por un ideal que se llama Venezuela…