La WWW fue creada a inicios de los noventa por Tim Berners Lee como una plataforma descentralizada de colaboración científica, basada en el hipertexto. El hecho de que un simple enlace podía comunicarnos con el contenido de otros usuarios fue el punto de partida para convertir a los usuarios de meros consumidores de información a creadores de contenido. Una web mucho más participativa, poco más de una década después, propició el nacimiento de las redes sociales que configuraron un esquema de comunicación entre pares, aun si la estructura de la red era centralizada.

Pero esos importantes desarrollos que promovían la democratización de la información encuentran el obstáculo creciente de la reafirmación y el dominio de unos pocos jugadores que acaparan la información de los usuarios a cambio de brindar servicios gratuitos o aparentemente gratuitos.

Facebook, en estos momentos bajo cuestionamiento por la utilización de la información del perfil de millones de usuarios para la manipulación de sus preferencias políticas, basa la mayoría de sus ingresos en la colocación de publicidad adaptada al perfil de cada usuario y lo mismo hace Google no solo por tener las preferencias de búsqueda de cada usuario, sino también porque registra cada sitio visitado desde su página de búsqueda, para añadir más detalles a la información de cada perfil.

Bits y bytes

Regreso al origen

Estamos, en consecuencia, en un Internet muy diferente de aquel de los años setenta, por lo que han surgido voces promoviendo un regreso a la descentralización.

Hace menos de una década, a partir de numerosos esfuerzos en pro de esquemas distribuidos de interacción, con un foco importante en la seguridad, surge el concepto de Bitcoin, que describe un sistema de “efectivo electrónico”, y al mismo tiempo la red distribuida donde este activo se mueve y el software para su gestión.

La naturaleza distribuida de la infraestructura que soporta las criptomonedas se está usando para ofrecer servicios descentralizados, por ejemplo de almacenamiento, donde la información es distribuida en miles de servidores. Otra iniciativa en ese sentido la vemos en los servicios descentralizados de nombres de dominio, que resultan más seguros y no son susceptibles de bloqueo.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!