Por Isabel Brilhante Pedrosa*

Desde 1975, las Naciones Unidas celebran el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer, en conmemoración a la lucha histórica que las mujeres han llevado a cabo en pro de participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre. Si bien, en un principio, se utilizó esa fecha en recuerdo del grupo de mujeres trabajadoras que en 1857 se echó a las calles de Nueva York en reclamo a la igualdad laboral, actualmente sirve para reivindicar el papel de la mujer en una sociedad global.

En este día tratamos de reconocer la lucha global de las mujeres en todos los continentes, cualquiera sea su proveniencia étnica, lingüística, cultural, económica y política. Es un reconocimiento en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo. Estudios arrojan cifras de lo difícil que es poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y las niñas, es una tarea ardua que se cobra innumerables víctimas a lo largo del planeta. Se estima que, aproximadamente, 700 millones de mujeres en todo el mundo han tenido que contraer matrimonio antes de los 18 años, así como que 3 de cada 4 mujeres que desempeñan una actividad profesional han sido víctimas de acoso sexual.

Sin embargo, el cambio es ya una realidad imparable: en treinta años, el porcentaje de niñas menores de 15 años casadas se ha visto reducido significativamente, y los derechos ligados a la salud reproductiva de la mujer han contemplado un importante avance.

Frente a lo desafiante que muchas veces resulta avanzar hacia una sociedad igualitaria, Venezuela ha sabido dar importantes pasos en esa dirección, haciendo uso de numerosos instrumentos y poniendo en marcha políticas públicas encaminadas a este fin. Aunque mucho se ha avanzado en este sentido, aún queda mucho trabajo por hacer para lograr una equidad real y efectiva, y garantizar el respeto de los derechos de todas las mujeres y niñas, y especialmente aquellos ligados a la salud reproductiva y la eliminación de todas las formas de violencia en su contra.

En este sentido, la Unión Europea ha tratado de que la agenda en igualdad de género adopte un papel protagonista en el seno de sus políticas, y prueba de ello es que somos el primer inversor en igualdad de género y cambio a nivel mundial. Estamos convencidos de que las normas sociales pueden evolucionar a través de las herramientas educativas, legislativas y sociales adecuadas.

Así, la Unión Europea ha decidido asumir el Llamado para la Protección contra la Violencia de Género en Situaciones de Emergencia; ha ratificado el Convenio de Estambul sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica; y ha impulsado, conjuntamente con Naciones Unidas, la iniciativa Spotlight, dirigida a acabar con la violencia contra niñas y mujeres.

El 8 de marzo es una ocasión propicia para reflexionar acerca de los avances logrados, pero también una oportunidad de transformar el impulso en acción, de abogar por más cambios y de empoderar a las mujeres en todos los contextos.

En palabras de la alta representante para la política exterior de la UE, Federica Mogherini: «El cambio es posible, pero necesita de un verdadero movimiento cultural y social, en el que todo el mundo desempeñe su papel, le brinde su apoyo».

*Embajadora de la Unión Europea en Venezuela


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