Al llegar a sus 45 años de existencia, el Centro de Creación Artística TET (Taller Experimental de Teatro) seleccionó como parte de su celebración una puesta en escena titulada El río bajo el río. El montaje, basado en crónicas de Alicia Jiménez de Sánchez (Uracoa, estado Barinas, 1941) representadas por Lya Bonilla (sobrina de la escritora) y Joe Justiniano, contó con la dirección general de Guillermo Díaz Yuma y fue presentado en la sede habitual de la agrupación, en el Teatro Luis Peraza, al lado de la iglesia San Pedro, en la parroquia caraqueña del mismo nombre. 
Ingeniero civil graduada de la Universidad Central de Venezuela, Alicia Jiménez de Sánchez ha sido una consecuente columnista en la prensa regional del estado Táchira. A través de sus espacios ha rescatado una literatura popular fundamental para el desarrollo de su obra como escritora, de la cual destacan sus cuentos, publicados en diversas antologías.

De esos textos que incluyen poemas, acompañados de música en vivo (interpretada por Iris Verónica Rojas, Dídimo Gutiérrez y Andrés Cartaya), junto con un complemento de bebida y comida, se nutre El río bajo el río. Actuando como impulsores de recuerdos, sus elementos se convierten en conjunto en una experiencia sensorial capaz de construir una hermosa y sentida puesta en escena, cónsona con el espíritu de experimentación y creación artística que por años (desde que fue fundada en la Universidad Central de Venezuela por Eduardo Gil en el año de 1972) ha caracterizado a esta agrupación.

Particularmente reconocidos por su rigor teatral, con una trayectoria que cuenta con inolvidables obras, el TET se ha consolidado como referencia fundamental de la escena dramatúrgica caraqueña. Una de sus integrantes fue la recientemente fallecida María Fernanda Ferro, destacada intérprete de gran pasión que por muchos años fue parte importante de su equipo y que sobresalió en las labores integrales de formación teatral vinculadas al grupo. En cine es recordada por su participación en películas como Postales de Leningrado, realizada en 2007 por Mariana Rondón, y El chico que miente, dirigida por Marité Ugás en 2011.

En momentos en que un río, el de nuestra ciudad, el Guaire, es utilizado para denigrar a las mujeres y hombres indefensos que encontraron en sus turbias aguas la posibilidad de cruzarlo para escapar de la feroz represión que les impedía continuar con una protesta ciudadana pacífica, se agradece una aproximación poética a esa figura que con forma de corriente líquida fluye como un oasis en el viaje a la memoria que nos permite reencontrarnos con la raíz de un gentilicio de país, tan olvidado como necesario, que apuesta por una dignidad humana capaz de superar sus adversidades.


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