Tiburón que busca… Es un signo de inteligencia o, por lo menos, de instinto de supervivencia el hecho de evaluar las capacidades del otro a la hora de asumir un enfrentamiento, más aún si este será de carácter público. No hacerlo significa correr el riesgo de pasar vergüenza y convertirse en el hazmerreír de un sector poblacional importante, incluso con repercusión internacional, dependiendo del calibre de los personajes involucrados. Tal cháchara introductoria encontró su inspiración en el episodio protagonizado esta semana por Nicolás Maduro y Rubén Blades. El colombo-venezolano quiso tirársela de gracioso al referirse al panameño como “Pablo Rico” en alusión a su emblemática composición “Pablo Pueblo”, como una forma de atacarlo por sus opiniones reiteradas en contra del régimen tiránico y por su negativa a visitarlo en el Palacio de Miraflores. Sin embargo, como diría una generación criolla: “Se le chorreó el chiste”.

Blades se tomó la molestia de contestarle con una misiva que no requiere explicaciones, pero que debe ser reproducida por la contundencia del mensaje. Extractos: 1) “Como parece que usted solo puede ver una clase de tiburón, permítame decirle que los hay de distintas especies y que se encuentran en todas las latitudes. Algunos son caníbales: se comen a sus semejantes”. 2) “Usted se apropia del título de mi canción y se auto titula Pablo Pueblo. Me permito corregirlo: Pablo Pueblo jamás reprimiría a su gente (…) Pablo Pueblo no le roba el futuro a su propia gente, desconociendo el mandato de su Constitución”. 3) “Pablo Pueblo jamás vivió en el palacio en el que vive usted, ni existió rodeado de lujos, ni actuó como un emperador, como lo hace usted… ¿Con el dinero suyo?”. 4) “La coherencia es lo que verdaderamente alimenta el principio, no los discursos faltos de sustancia y los alaridos ideológicos con que se cubren aquellos que avasallan a sus pueblos”. 5) “Mi aporte en el balance final no incluirá muertos ni heridos, ni una economía destruida, ni un país en caos y en ruinas”.

Queda evidenciada la diferencia de estatura intelectual entre alguien que, además de ser historia viva de la música latinoamericana, se ha formado como abogado y político; y otro que ofende a los verdaderos choferes de autobuses, porque su historia laboral en el Metro de Caracas está llena de reposos y permisos sindicales. Saque sus propias conclusiones sobre la cadena alimenticia.


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