Creo que sobran los ejemplos y las demostraciones cotidianas sobre la gravedad de su situación sanitaria, problemática que se comporta de la misma forma a como se desenvuelven otros problemas nacionales también del mayor interés social, espacio de extraordinaria utilidad pública cuyo deterioro es similar a los del empleo y los salarios, a la alimentación de los integrantes de nuestra comunidad y a la seguridad pública.
Por lo que la gran pregunta no es otra que dónde están entonces la realizaciones de un modelo económico político que se encuentra dirigiendo el Estado venezolano desde hace 20 años, el cual ha concentrado y centralizado la administración pública a los extremos del gomecismo, manejando discrecionalmente los inmensos recursos económicos de la nación, gestión que durante más de una década contó con el apoyo político de la mayoría de la población venezolana.
¿En qué han utilizado el tiempo y los bienes de la nación los dirigentes chavistas y ahora maduristas? ¿A quién o a quiénes le han servido con esa masa gigantesca de divisas? Esas son las interrogantes que se hacen los empobrecidos y angustiados ciudadanos de nuestra patria. El dolor, la rabia y la confusión reinan en la mente de nuestra sociedad, para la cual no hay explicación posible que excuse a los dirigentes nacionales del PSUV.
Basta ver la creciente y sistemática acumulación de basura en nuestras ciudades, que además sus pisos están rotos y sus calles encharcadas, producto de las filtraciones de los acueductos y de las cloacas, a oscuras durante las noches, convertidas en “bocas de lobo”, encubridoras de la delincuencia, todo debido a la incompetencia de la dirección de Corpoelec.
Pudiendo observarse cómo en los barrios urbanos, los ancianos, las mujeres y los niños se han convertido en recolectores de la basura, para así poder completar el salario y la dieta diaria, conmovidos una y otra vez por las abusivas visitas de los cuerpos de seguridad y el saldo de muertos o atropellados que dejan en consecuencia.
Me resulta no solo doloroso sino frustrante ver cómo la nación va en camino del abismo, como resultado del desarrollo de políticas económicas cuyos resultados han sido una y otra vez absolutamente negativos, responsables del atraso y la miseria de numerosos pueblos durante el siglo XX, tocando los extremos de pobreza y atraso que se intentaban resolver, sucediendo todo lo contrario al carecer del necesario e indispensable espíritu crítico que debe tener todo auténtico militante de izquierda.
Los trágicos y lamentables ejemplos que se podían apreciar en China, con la negativa experiencia genocida producida por los delirantes planes económicos maoístas o en Rusia con la colectivización forzosa estalinista, el estancamiento e incluso retroceso social de los países de Europa Oriental que estivaron bajo la intervención de la URSS.