Charles T. Horngren (1926-2011) se graduó de contador público en la Universidad de Marquette, estado de Milwaukee. Fue profesor de contabilidad emérito condecorado con el título honorario Edmund W. Littlefield en la Universidad de Stanford, estado de California. Recibió su maestría en Gestión Empresarial en la Universidad de Harvard, estado de Massachusetts y su Ph.D de la Universidad de Chicago, estado de Illinois. También recibió el doctorado honorario de la Universidad de Marquette y el de la Universidad DePaul, ambas en el estado de Illinois.

En 1990 fue incluido en el Salón de la Fama de Contabilidad y fue honrado en varias ocasiones por sus contribuciones a la Asociación Americana de Contabilidad, para la cual se desempeñó como presidente y director de investigación.

En esa oportunidad, Thomas Burns, profesor de la Universidad Estatal de Ohio y presidente del Salón de la Fama de Contabilidad escribió: «A Horngren se le atribuye el cambio de la educación contable tradicional en la década de 1960, caracterizado por el énfasis abrumador de la contabilidad de costos en la acumulación y cálculo de los costos del producto, a la contabilidad gerencial, misma que explora los usos de los costos para diversos fines».

También, en el homenaje, otro profesor, William Beaver, discípulo de Horngren y autor de aquel famoso trabajo titulado Financial Ratios as Predictors of Failure (Journal of Accounting Research. 1966, Vol. 4, Issue Empirical Research in Accounting: Selected Studies, Pages 71-111) escribió: «Este enfoque de uso de datos contables para la toma de decisiones anticipó el enfoque informativo que debía acabar con la investigación contable tradicional».

El caso es que, para Charles T. Horngren, la contabilidad era (es) el lenguaje de los negocios o también el lenguaje de las decisiones financieras y como tal, la información que suministra debe ser relevante para las necesidades de toma de decisiones del usuario.

La relevancia es la capacidad de la información de afectar una decisión y es una de las principales cualidades de la información contable. Un elemento importante de la relevancia es su valor de realimentación para corregir o confirmar las creencias del inversionista, por ejemplo, la relación entre las cifras contables del patrimonio y el valor del mismo en el mercado.

Dos temas que han impedido la publicación de normas para el tratamiento contable de las criptomonedas son, en primer lugar, que el tema de las criptomonedas, a pesar de la casi década de edad del bitcoin, todavía está en una etapa de incipiente desarrollo. En segundo lugar, hay mucha incertidumbre en cuanto al estatus legal de las mismas.

Lo anterior, a su vez, impide como mínimo dos cosas: en primer lugar, la materialización de un tratamiento contable para las mismas que desemboque en estados financieros que contengan información relevante para sus usuarios. En segundo lugar, la posterior auditoría de tales estados financieros.

Como si fuera poco, un problema que se encuentra cuando se revisan e interpretan las distintas normativas existentes para ubicar las criptomonedas en alguna taxonomía de activo (efectivo, equivalentes de efectivo, instrumento financiero, commodities, inventario, propiedad móvil o activo intangible) es la poca profundidad contable en ciertos temas específicos de tal taxonomía.

El caso es que la naturaleza bien matizada y en constante evolución del fenómeno de las criptomonedas aunada tal naturaleza a la falta de pronunciamientos contables formales, tanto dentro como fuera de Venezuela, presenta desafíos complejos tanto para los normadores de la contabilidad como para los preparadores de los estados financieros y la relevancia de la información que estos deben suministrar.

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