Consummatum est (Se ha consumado) el fraude cantado. Nicolás Maduro es presidente ilegítimo para muchos en el mundo. Este fraude del 20 de mayo fue poco menos que una coronación, qué más se puede decir de esto cuando la abstención lo dijo todo: ratificó el descontento general contra el régimen y la poca credibilidad en el llamado a elecciones adelantadas de la también ilegítima asamblea nacional constituyente; en fin los no participantes dijeron claro algo: no quieren a ninguno.

Pero en esta farsa electoral también se mostraron nuevamente las acostumbradas triquiñuelas del gobierno, con muchísima menos gente, claro está: el voto asistido, los puntos rojos (centros de coacción) muy cerca de los espacios usados para el fraude, la ausencia de personas hizo aún más evidente sus trampas de costumbre.

Henri Falcón ahora desconoce los resultados de la farsa de la que fue copartícipe y hay que ser bien cara dura o extremadamente tonto para salir con lloriqueos, ¿es que no se te dijo o es que toda la oposición estaba errada al rechazar ese teatro del régimen y tú sí tenías razón? Culpas al gobierno de tramposo y a la oposición por la abstención. Señor Falcón, lo más digno que usted puede hacer en este momento es coger sus maletas y apartarse de la vida política de toda Venezuela, basta ya de buscar ventanas por dónde meterse de nuevo dentro de nuestras filas a dividir a los que queremos la libertad y la democracia verdadera para nuestro país.

Ahora bien, visto que se ejecutó la farsa electoral, hay que pensar en lo que nos toca a los ciudadanos de a pie hacer; a fin de cuentas, somos nosotros los que debemos pararle las patas al dictador y sus secuaces. En primer lugar, es preciso exigirle a nuestra dirigencia política que nos dé una hoja de ruta clara y pronto (no hay que darle más tiempo al régimen) y luego ejecutarla con precisión, pero eso sí, tenemos que ser conscientes de que hay que hacer sacrificios… los que las circunstancias exijan y hacerlos todos juntos.

Si se ha demostrado que el régimen le teme a la gente, pues es la hora de que la gente vaya a la calle unida por un objetivo; es la hora, como dijo Leopoldo López, de que “hable la calle y que hable con gente”; es la hora de la unidad, es la hora del despertar, es la hora de los valientes. Reflexionemos sobre lo que dijo el pastor protestante alemán Martin Niemöller (1892-1984), preso político nazi.

“Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista.

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata.

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista.

Cuando vinieron a buscar a los judíos, no protesté, porque yo no era judío.

Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar”.

Todos juntos podemos lograr lo que muchos consideran imposible.

Fuerza y fe.

@DiazEstebanez

 www.maximodiaz.com


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