Parece mentira, pero el primer trimestre de 2019 está concluyendo con el país más animado por el cambio y hacia el cese de la usurpación, pero con creciente preocupación por el transcurrir del tiempo sin que el objetivo primero esté concluido. No importa, con dificultades y muchos obstáculos se avanza. Creo en la irreversibilidad de este proceso. Solo aspiro a que se cumpla con el menor trauma posible para una población que ha sufrido bastante. Así será.

Pero para acelerar el ritmo es necesario poner punto final al debate innecesario en el seno de la oposición democrática sobre lo que pueda venir después. Ya veremos, pero basta de cuestionar de manera abierta o encubierta a quienes están dirigiendo el proceso. Necesitan el apoyo activo de todos los sectores y protagonistas, jóvenes y viejos, con total desprendimiento. Se trata de una obligación política, ética y moral que no admite discusión en las circunstancias actuales.

El tiempo que está llegando puede ser terrible. La detención y secuestro de Marrero es apenas un indicativo de lo esta gente es capaz de hacer para tratar de retener un poder que ya no le pertenece. Pero apelarán una vez más a la violencia física e institucional, al acoso y a la represión para sembrar más terror que miedo en la nación. Peor para ellos. Los campos están bien deslindados y el ciudadano común distingue a la perfección. Sin embargo, la respuesta adecuada a sus políticas puede generar confrontaciones inmediatas de nivel superior a lo que ya hemos visto. Todo puede pasar, pero el desenlace se vislumbra con sereno optimismo. Sin odios ni rencores, la paz se impondrá. Cada cual deberá responder por lo que le corresponda.

Revisando papeles en un difícil intento por reordenar la biblioteca personal, he vuelto a leer tres comentarios que vale la pena trasmitir una vez más. El primero de Su Santidad Benedicto XVI: “El marxismo es una ideología fracasada a la que hay que enterrar”. La otra del gran David Ben Gurrión: “Todos los expertos lo son en lo que fue, pero no hay expertos en lo que será. Para convertirse en un experto del futuro es necesario tener más visión que experiencia”. La tercera, por hoy, de Barak Obama, quien no es santo de mi devoción, pero dijo: “…La historia demuestra que las naciones son más fuertes y exitosas cuando tienen legislaturas vigorosas, magistrados independientes, una prensa libre, militares profesionales bajo control civil, sociedades civiles fuertes y gobiernos transparentes que atiendan a las necesidades de sus ciudadanos”. Allí está casi todo.

Aprovecho para trasmitir mi profundo pesar por el fallecimiento del compañero y amigo Orlando Jaimes, ocurrido hace algo más de una semana. Una baja para todo Copei, hoy tan disperso.


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