La deuda externa de Venezuela ronda los 160 millardos de dólares y tan solo disponemos de 8 o 9 millardos de dólares en reservas. La deuda acumulada por Chávez y Maduro representa 738% de nuestras exportaciones[1] –porcentaje cuatro veces más alto que el promedio de los países emergentes–, las cuales, a su vez, provienen 95% del sector petrolero, el cual, está produciendo un poco más de 700.000 barriles diarios de petróleo (4/5 partes ya son de los chinos y rusos hasta que le terminemos de pagar lo que les debemos), que para incrementarlo requerirá una inversión significativa. A eso sumen los laudos arbitrales que de momento triplican las reservas internacionales y que seguirán sumando deuda en la medida que los procesos en curso finalicen.

Nos guste o no, las deudas del chavismo tendremos que pagarlas (salvo que se pueda sostener la ilegitimidad de algunas), los representantes del gobierno de Juan Guaidó ya están trabajando en este tema, sabemos que fue contratado el experto en restructuración de deuda Lee C. Buchheit, quien, junto con Mitu Gulati, ya han analizado y publicado respecto al caso de la deuda venezolana[2]. Buchheit ya ha actuado en los casos de Grecia (270 millardos en deudas) e Irak (140 millardos), que aunque sirven de parangón por los montos de las deudas, se suscitaron en entornos muy distintos. Los referidos especialistas indican algunas premisas claves para reestructurar la deuda venezolana:  

  • Debe existir programa de recuperación económica creíble que corrija problemas de raíz
  • Asistencia externa. Esto implica FMI, Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo.

Agregan que de prepararse lo anterior, los tenedores de bonos podrían aceptar una restructuración, en especial si lo ven como la única alternativa a un impago total. Sin embargo, opinan los especialistas que “muchos de ellos (…) no lo harán a menos que se les ofrezca alguna garantía de que se enfrentarán los problemas estructurales de la economía”. Siempre estará el riesgo de los denominados “holdouts” que son los acreedores intransigentes y que a criterio de los especialistas “constituirán un riesgo legal grave y potencialmente debilitante”.

Materializar lo expuesto supone, entre otras cosas, llevar prácticamente a cero los subsidios, no es posible seguir regalando las cosas, el problema es que en este momento casi nadie puede pagar el valor real de los bienes y servicios, de manera que tendrá que desarrollarse un progresivo acompañamiento, pero con metas claras y disciplina fiscal. La presencia del FMI y otros asistentes externos servirá para supervisar que eso ocurra. 

A lo expuesto también se agrega el tema de los laudos arbitrales que de momento suponen más de 20 millardos de dólares y que posiblemente aumentará en el curso del tiempo. Sabemos que el procurador especial de Venezuela ya viene trabajando el tema de discutir con los demandantes de los procesos arbitrales en aras de buscar alguna posible negociación, como sería restituir las propiedades y activos confiscados por Chávez o en caso de que los demandantes ya no estén interesados en mantener inversiones en Venezuela, pues lograr una transacción para que la deuda a pagar sea más flexible.

Del mismo modo estará la labor diplomática que pueda dar una mano en algunos casos, pero también tenemos que iniciar un estudio de supuestos de deudas ilegítimas que seguramente se han conformado en las últimas dos décadas.

Durante los 14 años de gobierno de Chávez se firmaron un sinfín de acuerdos que pudiéramos considerar leoninos, donde nuestra industria enviaba petróleo a cambio de profesores de educación física y médicos de dudosa titulación (Cuba) o enviábamos petróleo a cambio de caraotas (Centroamérica) o bien petróleo a cambio de vacas preñadas (Suramérica). No sabemos si los profesores de educación física se comieron las caraotas y los médicos las vacas preñadas, porque nunca las vimos (al menos no en las magnitudes que supondría ese intercambio), lo que sí es cierto es que tenemos que revisar esos contratos para establecer si eran legalmente ejecutables, puesto que pareciera que solo benefician a una de las partes.

También se ha denunciado un enorme grupo de operaciones de crédito público llevadas a cabo por el gobierno chavista que se hicieron al margen de la aprobación parlamentaria –en los supuestos que era necesaria– y que a la fecha constituyen deudas pendientes por pagar. ¿Deberíamos pagarlas?

Manifestar la ilegitimidad de ciertas deudas no es sencillo, más aún si se trata de acuerdos celebrados con países que en este momento parecen tener un peso en el inicio de la anhelada “transición”. Aunque nos gustaría sostener que “la ley es como la muerte”[3], es probable que en este caso se examinen otros factores. Los casos más evidentes de deudas ilegítimas serían aquellos donde se pueda demostrar que ambas partes actuaron con dolo, es decir, ambos sabían que actuaban ilegalmente y con el fin de lucrarse con el patrimonio venezolano, sin embargo, no es algo fácil de probar. Corre el rumor que la ocupación extranjera está imponiendo entre las condiciones para su retirada el respeto de sus inversiones y contratos, de ser esto cierto no habrá mucho examen jurídico lamentablemente.

El caso griego vale ser estudiado, en el año 2018, luego de 8 años y 273 millardos de euros, lograron poner fin al programa de ayudas y restructuraron su deuda (aunque los llamados “hombres de negro” seguirán supervisando a Atenas durante los próximos 20 años), pero con sangre, sudor y lágrimas, porque si bien extendieron los vencimientos una década, lo lograron con más de 80 medidas y reformas impuestas, la pérdida del 40% del ingreso de sus hogares, 1 millón de empleos perdidos y la caída de 25% de su PIB[4]. Puede que suene terrible, pero ya comenzaron a ver la luz al final de túnel. Venezuela tiene una gran ventaja frente a los griegos, no está en la eurozona.

Lo relevante es enfocarse en salir adelante, la clave para pagar las deudas será trabajar duro, un cambio de mentalidad, si hacemos las cosas medianamente bien podremos dentro de unos años ver este episodio como un capítulo superado de nuestra historia.     


[2] Vean “How to Restructure Venezuelan Debt” https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=3006680

[3] Barón de montesquieu

[4] Obtenido de www.elmundo.es Acuerdo en el Eurogrupo: Grecia termina su rescate y se restructura su deuda.


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