«Disculpen una reflexión urbana:

Caracas, ciudad moderna, libra sus batallas en la autopista.

Qué hubiera dicho de esto el Barón Haussmann?»1

1. Una ciudad-campo de batalla

Desde hace mucho tiempo, exactamente, en realidad, desde la gran marcha a Miraflores del 11 de abril de 2002, los ciudadanos empezamos a redescubrir la importancia que tiene la ciudad como campo de batalla, la ciudad en la lucha política, como instrumento de protesta y como medio para propiciar los cambios. Vivir de nuevo en carne propia -a veces también de canon-, la experiencia de la polis, cuya raíz etimológica unida a la palabra «política» está en el centro del redescubrimiento.

Hace quince anos una autopista llena de gente que nunca se bajaba de un carro para ir a ninguna parte tumbo un gobierno. Pero aparte de la sorpresa y la euforia de recibir el «baño de pueblo» en la calle, mas de uno se reencontró simple y fraternalmente con su ciudad. Entonces, nos sorprendíamos al caminar por el medio de la autopista en esta o aquella calle en sentido contrario a los vehículos y el vernos de repente apreciando el paisaje urbano y la arquitectura a la suave velocidad del peatón, como si estuviéramos de viaje como desocupados flaneurs en alguna amable ciudad del extranjero.2 Mas no, ocurría aquí, en Caracas. Se volvió desde entonces común oír comentar a la gente sobre este o aquel edificio que encontraron a su paso, o de esta o aquella vista, hasta de árboles, detalles de puertas, ventanas y balcones (la última ola de comentarios de este tipo fue cuando la marcha a la Conferencia Episcopal en Montalbán). Era como si nunca hubiéramos vivido antes aquí.

De 2002 para acá el impacto originario de «la madre de todas las marchas» se quedo grabado en el alma de todos. La toma de las ciudades tuvo sobre todo un impacto mediático nacional e internacionalmente: nada como una autopista llena de gente o como una avenida colmada hasta los postes del alumbrado para llenar una primera pagina, medir el avance o el retroceso del contento o del descontento popular, apoyar o aborrecer, medir fuerzas y en fin, para batirse de verdad-verdad. La ciudad se mostró como un escenario y como un fenómeno comunicacional que desde ya entonces nadie ha podido abandonar. Porque la ciudad-campo de batalla, funciona.

Y mientras las calles eran reestrenadas como teatros de operaciones del siglo XXI, las tipologías de los espacios públicos tradicionales para concentraciones cívicas (como las plazas) empezaron a perder terreno frente al surgimiento de los nuevos Marchodromos y Arenas no tradicionales (ciertos lugares estratégicos de algunas avenidas), que ya han ingresado a la historia reciente del urbanismo bélico marcados por los sucesos y las batallas que se han librado en ellos. Pensamos en la Avenida principal de El Rosal o la Avenida principal de Altamira sur o en la Calle Helice y la Avenida Páez, para que nos entiendan. Alguien deberá hacer el análisis urbano de porque estos sitios en particular y otros no: los anchos, las pendientes, las atalayas, las geometrías, el significado sociológico de los entornos. Pero, sobre todo: las visuales y la espectacularidad cinematográfica que revisten en ellos los enfrentamientos.

2. War_banism

Escribimos esto conscientes de que un análisis así puede parecer frío para el crucial momento que vivimos y, sobre todo, a raíz de todas las dolorosas perdidas humanas, sobre todo jóvenes, caídos, justamente, en estos espacios que ahora se han llenado de gloria por ellos. Pero el fenómeno de la lucha caraqueña y de sus nuevas formas de protesta urbana -habrá que revisar como ha sido en las demás ciudades del país- es admirable desde todo punto de vista, también en lo urbano. Recordamos cuando alrededor de 2012 los especialistas analizaban hasta el agotamiento en las mas importantes centros de arquitectura y escuelas de urbanismo del mundo los ingredientes en las victorias y los fracasos de los espacios públicos que se hicieron famosos por la resistencia de los ciudadanos en esos sitios, como la plaza Taksim en Estambul, o el movimiento Occupy NYC, por ejemplo. La ciudad- decían- había sido recobrada de nuevo para su legitimo origen y destino. Bueno: ahora deberán estudiar a Caracas.

Recordamos también la historia del urbanismo y de cómo hizo el Barón Georges-Eugène Haussmann para complacer a Napoleón III en 1852 y modernizar a Paris a costa de echar abajo su fabrica medieval. El gran argumento de Haussmann era que los revolucionarios de la Comuna de Paris, así como estaban, metidos en la ciudad- eran imbatibles, ya que la trama medieval con sus calles estrechas los protegía. Con barricadas y talanqueras, hubieran triunfado por siempre de no haber sido por el Plan Haussmann, que consistió justamente, en abrir el espacio urbano para que entrara el ejercito.3 De allí que nada supuestamente mas antitético para la resistencia que un gran bulevar, una avenida monumental… o una autopista. Monitorables hasta desde el aire, los movimientos de la gente al descampado de los grandes espacios viales de la modernidad son teóricamente más frágiles. Solo un tesón como el de nuestros demócratas marchando ha logrado lo contrario.

Orgullosos por las imágenes de nuestros propios ríos humanos, las marchas vueltas un espectáculo de si mismas, no deberían hacernos olvidar que pueden haber otras estrategias urbanas menos arriesgadas para los manifestantes. Ya lo dijo Laureano Márquez en un histórico tuit que nos impulsó a escribir estoy hoy: «Termópilas, Maratón, Platea, Caracas…». Los demócratas de Esparta vencieron a punta de valor, pero también de estrategia, sobre todo territorial. Caracas y las ciudades de Venezuela, luchan para recobrar la democracia. En todos los grandes ejércitos había siempre un batallón de ingenieros. Reclútenlos! Y a la calle otra vez, con renovado ingenio.

LEYENDA

1. Monumento a Leónidas de Esparta, Termopilas, Grecia  (1955).

Molon labé. «Ven y tómalas»

NOTAS:

1.  Hannia Gomez. Tuit @FUNDAMEMORIA, Caracas, del 19 de abril, 2017.

2. H. Gomez. La arquitectura y la guerra, Arquitectura. El Diario de Caracas. Caracas, 1995.http://hanniagomez.blogspot.com/2007/05/la-arquitectura-y-la-guerra.html

3. Wikipedia: «Georges-Eugène Haussmann»:

https://es.wikipedia.org/wiki/Georges-Eug%C3%A8ne_Haussmann

4. Laurano Márquez. Tuit @laureanomar, Caracas, Abril 29, 2017: Termópilas, Maratón, Platea, Caracas https://www.instagram.com/p/BTdtGDMFYy0/  y Termópilas, Maratón, Platea, Caracas…la lucha de los griegos por la libertad no termina nunca. https://www.instagram.com/p/BTd8XadFlpw/


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