Tres edificios de Berlín fueron utilizados como referencia por Luigi Sciamanna (a propósito de una visita realizada a esa ciudad a mediados del presente año), para crear una pieza teatral del mismo nombre, que le permite reflexionar sobre temas universales vinculados con ciudadanía, democracia, religión, comunicación y libertad, entre otros.

La cúpula del Reichstag, la iglesia del Kaiser Guillermo y la Fernsehturm (Torre de televisión), son los Tres edificios de Berlín a partir de los cuales se estructura la obra en igual número de actos. El dramaturgo establece en escena un juego que parte de un ejercicio lúdico de numerología hasta conducirnos por un sendero en el que combina razón con emoción, a través de una ciudad dividida en dos hasta noviembre de 1989.

Partiendo de ese gran techo de cristal en forma de bóveda, diseñado por el arquitecto británico Norman Foster como cobertura central del Parlamento alemán que sesiona desde ese mítico Reichstag, la obra nos lleva luego a una entrevista entre una periodista y un sacerdote, cuestionándole la primera al segundo la peligrosa proximidad entre la jerarquía eclesiástica y el régimen nazi.

La iglesia del Kaiser Guillermo y su torre en ruinas, motivo por el cual se establece el encuentro entre ambos, fue conservada en ese estado por su importancia histórica para la ciudad, manteniendo las heridas sufridas como memoria de lo acontecido en Berlín durante la Segunda Guerra Mundial.

A propósito de la Torre de televisión, símbolo de Berlín Oriental desde su construcción en 1969, y la curiosa imagen en forma de cruz que eventualmente se proyecta de manera natural sobre ella, asistiremos a un combate sobre el escenario (convertido en una especie de ring de boxeo) entre los lados este y oeste de la ciudad, enfrentando posturas e ideales que finalmente serían derrumbados con la caída del muro 28 años después de su construcción.

Alrededor de todo ello se desarrolla un discurso sobre las diferencias y sus posibilidades de encuentro, que si bien se contextualizan en una historia precisa, pueden ser perfectamente aplicables a entornos y momentos más próximos. Una sobria puesta en escena, apoyada por momentos con unos pocos muebles, se combina con divertidos tocados (que van de lo racional a lo fantástico) y un colorido vestuario, junto con proyecciones que nos permiten ubicarnos en el momento histórico al cual hace referencia.

Luigi Sciamanna como dramaturgo y director se vale de un destacado grupo de actores que asumen con soltura y de manera sobresaliente la interpretación de los personajes que deben enfrentar a lo largo de la obra. Eulalia Siso y María Alejandra Tellis, al lado de Paul Gámez, Carlos Clemares y Richard Clark, son los encargados de participar en esta puesta. Con ellos está Raoul Gutiérrez, quien cuenta con una única, emotiva y especial aparición. A resaltar el vestuario realizado por Raquel Ríos y los tocados diseñados y producidos por David Morales.

“El tiempo de Dios es perfecto. Todo va a estar bien. Lo que nos espera es un país a colores”, recita en parte de la obra uno de sus personajes, apostando por una esperanza que permita vislumbrar un mejor futuro.

Tres edificios de Berlín puede ser vista en el Centro Cultural BOD, en funciones regulares los viernes a las 7:00 pm, y sábado y domingo a las 5:00 pm.


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