Spleen es el título de la obra escrita y dirigida por Roy Williams que está en cartelera, hasta el próximo domingo 18 de marzo, en la sala de teatro Celarg 1 del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, en Altamira. Esta palabra fue utilizada por los poetas románticos franceses de comienzos del siglo XIX para evocar el estado de melancolía de una persona sin causa definida.

El término viene del mismo vocablo “spleen” que en inglés identifica al bazo, órgano asociado por los antiguos griegos con la segregación de una supuesta bilis negra, a la cual se le culpaba por ser la causa de ese particular estado de ánimo. Esa asociación ha llevado a que se le vincule con situaciones anímicas cercanas al estado melancólico.

Con 23 años de edad, Roy Williams, licenciado en Dirección de Cine en Unearte y comunicador social graduado en la Universidad Católica Santa Rosa, crea esta producción que nos aproxima a un grupo de jóvenes que organiza un acto de venganza durante una noche de lluvia. Un hecho que será grabado de forma audiovisual por uno de ellos, como una especie de acto lúdico que les acompañará en la realización de su propósito. Mientras se lleva el registro de lo que allí va ocurriendo, tendrán que enfrentar situaciones contrarias a las planificadas, sobre las cuales deberán tomar decisiones inmediatas que les permitan mantener su objetivo inicial. 

De gran dinamismo en su desarrollo, la obra mantiene la atención del espectador con un montaje que denota un profundo sentido cinematográfico, tanto en su narrativa como en su puesta en escena. En el manejo de atmósferas aprovecha lo visual acompañándolo de elementos sonoros, ocupando además diversos espacios dentro de su lugar de representación.

Ambiciosa en su complejidad, Spleen manifiesta una energía propia del retrato de la rabia y frustración de sus protagonistas, cautivos en un juego de poder mediante el cual enfrentan sus sueños y frustraciones, como metáfora de una generación atrapada en situaciones complejas que atentan contra su natural crecimiento.

Diversas emociones se presentan en sus personajes, producto de la tensión del momento, manifestada en las distintas actitudes y estados de ánimo como la curiosidad, el miedo, la rabia, la esperanza y otros originados en el recuerdo como elemento detonante de la situación que se enfrenta.

Carlos Fabián Medina, Yulika Hernández, Victoria Farías, Santiago Osuna, Nerea Fernández Dorronsoro y Ricardo Lira destacan en la interpretación de la obra, en un montaje apoyado por la labor realizada en la iluminación de Gerónimo Reyes, por el diseño de vestuario de José Antonio Hermida y la realización escenográfica por parte de Escenografía Ya, bajo la producción general de Myriam Williams.


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