El domingo pasado finalizó la temporada número 13 del Microteatro Venezuela. Como parte de esta edición fueron presentadas 30 obras entre el 23 de marzo y el 22 de abril, en los espacios de Urban Cuplé en el CCCT, gracias a este proyecto impulsado en nuestro país por Malala Dubuc, Robert Chacón y Dairo Piñeres.

Con un formato de 15 minutos de duración para cada pieza, el Microteatro se origina en Madrid, España, cuando un grupo de aproximadamente 50 personas tomó un antiguo prostíbulo, entre el 13 y el 23 de noviembre de 2009, para presentar en 13 diferentes habitaciones igual número de propuestas que tenían en común el tema de la prostitución.

A partir de allí, y presentándose cada obra para grupos reducidos de entre 10 y 15 personas, las piezas fueron escenificándose las veces que fuesen necesarias, para atender la demanda del público presente. Fue tal el éxito que algunas de ellas tuvieron que representarse hasta 20 veces un mismo día.

El espectador decide el dinero que puede invertir, según el tiempo y número de obras que desee ver, montando un menú a la medida de su interés y posibilidades. El formato no tardó en replicarse en otras ciudades, entre las que destacan Ciudad de México, Buenos Aires, Bogotá y Miami, donde comenzó a presentarse en unos contenedores de carga, ubicados en el patio del Centro Cultural Español de esa ciudad.

En esta reciente edición caraqueña se otorgaron, como ha sido costumbre en las temporadas recientes, un conjunto de premios seleccionados por un jurado calificador. Las ratas, propuesta escrita y dirigida por el también actor Mario Sudano, se llevó el mayor número de reconocimientos al resultar triunfadora en un total de 7 categorías.

Además de Mejor Obra, Actriz (compartido entre sus dos protagonistas, Desirée Monasterios y Giuliana Rodríguez), Dirección, Dramaturgia y Vestuario, obtuvo los premios del público y de la prensa. Las otras distinciones fueron para 1, 2, 3, pollito inglés (Mejor Actor para William Goite), Detrás (Diseño Gráfico), El mismo día siempre (Música), Hermanas de leche (Maquillaje), Mente macabra (iluminación, ambientación y escenografía) y Posesión (Producción).

Las ratas sobresalió por la contundencia de su relato, que nos aproximó a dos mujeres humildes, quienes en pocos minutos nos irán revelando la rudeza de sus vidas. Una realidad incómoda que la mayoría de los espectadores ven como una tragicomedia, pero que en el fondo retrata la crueldad de sus existencias y un día a día de mera supervivencia.

Magnífico el trabajo de Desirée Monasterios y Giuliana Rodríguez, quienes apoyadas en el texto y en la conducción escénica de Mario Sudano, en un verdadero acto de entrega, asumen las miserias de sus respectivos personajes como un acto de valentía y reivindicación.

Acusado por algunos de saturar la cartelera teatral con un gran número de propuestas, es sin duda esa variedad la que precisamente permite al público seleccionar entre diversos temas, autores, directores, actores o propuestas escénicas, para finalmente disfrutar del trabajo de un grupo de personas que sigue apostando por el país.

@jose_pisano


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