Look around you all you see are sympathetic eyes” (Paul Simon & Art Garfunkel)

Los estudiantes del instituto de Enseñanza Secundaria Highland de Comox en Canadá no se olvidan de volver la cabeza y mirar hacia la ventana de una de las casas del vecindario de Guthrie Road mientras se dirigen a clase. Esperan ver a la mujer que les desea buenos días antes de comenzar su jornada escolar.

Todo debió de suceder el día en que la mirada pensativa de un adolescente se cruzó con los ojos de la señora Tinney Davidson una mañana. La buena mujer, sentada junto a la ventana de su casa con vistas a la calle, le saludaba con un gesto de la mano. Imagino (y advierto que esto ya es cosa mía) a otro chico detrás intentando merecer también la amabilidad de la desconocida. Este prueba a decir hola a la señora moviendo la mano. La señora le devolvería el saludo. Y poco a poco, todas las mañanas de clase, los alumnos del instituto canadiense se acostumbran a buscar el saludo de la mujer de la ventana. (“La emocionante despedida de cientos de estudiantes a una mujer que les saludaba todos los días de camino al instituto, María Aragón. El periódico 9.05.2019)

Unos cuantos adolescentes del instituto de esa ciudad americana dejarían de recibir el saludo matutino de la vecina, ya que la señora Davidson se cambiaba de casa. No sabemos cómo lo supieron o quién les dio la noticia; sin embargo, los chicos y chicas que acudían a clase por la mañana no quisieron perder la oportunidad de darle una sorpresa en forma de manifestación amistosa a su vecina. Un grupo de alumnos del instituto Highland acudieron a decir adiós a la mujer encantadora que siempre les deseaba los buenos días con una sonrisa.


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